L D (EFE) La fuente se refirió a las declaraciones hechas este miércoles por el secretario general de la Comunidad Económica de los Estados de África del Oeste (CEDEAO), Mohammed Ibn Chambas, quien aseguró que Taylor, "les informará de su intención de dimitir" en una sesión conjunta de las dos cámaras parlamentarias. Chambas indicó que la intervención de Taylor ante la Asamblea Nacional es el preludio de la entrega de poder a su vicepresidente, Moshes Blah, y su salida del país para exiliarse en Nigeria, único país africano que le ha ofrecido protección.
Varios jefes de Estado y de Gobierno africanos han anunciado su asistencia a la ceremonia de traspaso de Gobierno, entre ellos el presidente de turno de la CEDEAO, el líder ghaneano, John Kufuor, Thabo Mbeki, presidente sudafricano, y probablemente Olusegun Obasanjo, presidente nigeriano.
Sin embargo, en una entrevista con el periódico francés Le Figaro , recogida por los medios de comunicación de ´>frica del Oeste, el líder del rebelde Liberianos Unidos para la Reconciliación y la Democracia (LURD), Sekou Damate Conneh, dijo que Taylor no es fiable en sus promesas y que no abandonará voluntariamente Liberia. "Las promesas de Taylor no tiene ningún valor, solo saldrá por la fuerza. En repetidas ocasiones ha prometido que abandonaría el país pero nunca lo ha cumplido", declaró Conneh, quien subrayó que "todavía hoy sus tropas continúan luchando y eso significa que no está preparado para la paz".
El líder rebelde indicó que si Taylor no se va de Liberia no puede predecir lo que pueda suceder y aseguró que él y sus fuerzas leales se adentrarán en la selva donde de nuevo comenzarán la lucha por el poder. También, fuentes cercanas a la presidencia liberiana han reiterado en varias ocasiones que el jefe del Estado "no viajará a Nigeria" hasta que el Tribunal Especial de Sierra Leona, instancia judicial aprobada por la ONU, no retire los cargos que le imputa por crímenes de guerra y contra la humanidad durante el reciente conflicto civil en este país.
Los rebeldes por su parte han expresado que no depondrán las armas ni se retirarán de sus posiciones que cercan Monrovia hasta que Taylor se exilie. Esta situación coloca en una encrucijada a las fuerzas de interposición de la CEDEAO llegadas a la capital y que podrían quedar entre dos bandos fuertemente armados, que, a la primera excusa, pueden reiniciar las hostilidades.
La CEDEAO prevé desplegar en Liberia 3.250 soldados -1.500 de ellos nigerianos- y el resto de la fuerza multinacional, que se espera contará con un total de 5.000 efectivos, aportados por otros países de Africa y posiblemente Estados Unidos. Los efectivos nigerianos llegados al aeropuerto Roberts, situado 50 kilómetros al este de Monrovia, y que constituyen la avanzadilla del contingente panafricano, han comenzado su avance hacia el centro de la ciudad con intención de asegurar la apertura de "pasillos seguros" para la distribución de alimentos, medicinas y enseres a la maltrecha población.
Alrededor de dos mil civiles han muerto desde que los rebeldes lanzaron su ofensiva contra Monrovia en junio pasado tras haber ganado el control de casi todo el resto del país desde el inicio de su levantamiento armado en 1999.
Taylor, reconocido como "señor de la guerra", asumió el poder al triunfar en las elecciones de 1997, celebradas después de una sangrienta guerra civil lanzada siete años antes por su Frente Patriótico Nacional de Liberación (FPNL).
En la contienda murieron más de 200.000 personas, en su mayor parte civiles, y centenares de miles huyeron a los países vecinos y el país, entonces uno de los más prósperos de África del Oeste, quedó arruinado.
Varios jefes de Estado y de Gobierno africanos han anunciado su asistencia a la ceremonia de traspaso de Gobierno, entre ellos el presidente de turno de la CEDEAO, el líder ghaneano, John Kufuor, Thabo Mbeki, presidente sudafricano, y probablemente Olusegun Obasanjo, presidente nigeriano.
Sin embargo, en una entrevista con el periódico francés Le Figaro , recogida por los medios de comunicación de ´>frica del Oeste, el líder del rebelde Liberianos Unidos para la Reconciliación y la Democracia (LURD), Sekou Damate Conneh, dijo que Taylor no es fiable en sus promesas y que no abandonará voluntariamente Liberia. "Las promesas de Taylor no tiene ningún valor, solo saldrá por la fuerza. En repetidas ocasiones ha prometido que abandonaría el país pero nunca lo ha cumplido", declaró Conneh, quien subrayó que "todavía hoy sus tropas continúan luchando y eso significa que no está preparado para la paz".
El líder rebelde indicó que si Taylor no se va de Liberia no puede predecir lo que pueda suceder y aseguró que él y sus fuerzas leales se adentrarán en la selva donde de nuevo comenzarán la lucha por el poder. También, fuentes cercanas a la presidencia liberiana han reiterado en varias ocasiones que el jefe del Estado "no viajará a Nigeria" hasta que el Tribunal Especial de Sierra Leona, instancia judicial aprobada por la ONU, no retire los cargos que le imputa por crímenes de guerra y contra la humanidad durante el reciente conflicto civil en este país.
Los rebeldes por su parte han expresado que no depondrán las armas ni se retirarán de sus posiciones que cercan Monrovia hasta que Taylor se exilie. Esta situación coloca en una encrucijada a las fuerzas de interposición de la CEDEAO llegadas a la capital y que podrían quedar entre dos bandos fuertemente armados, que, a la primera excusa, pueden reiniciar las hostilidades.
La CEDEAO prevé desplegar en Liberia 3.250 soldados -1.500 de ellos nigerianos- y el resto de la fuerza multinacional, que se espera contará con un total de 5.000 efectivos, aportados por otros países de Africa y posiblemente Estados Unidos. Los efectivos nigerianos llegados al aeropuerto Roberts, situado 50 kilómetros al este de Monrovia, y que constituyen la avanzadilla del contingente panafricano, han comenzado su avance hacia el centro de la ciudad con intención de asegurar la apertura de "pasillos seguros" para la distribución de alimentos, medicinas y enseres a la maltrecha población.
Alrededor de dos mil civiles han muerto desde que los rebeldes lanzaron su ofensiva contra Monrovia en junio pasado tras haber ganado el control de casi todo el resto del país desde el inicio de su levantamiento armado en 1999.
Taylor, reconocido como "señor de la guerra", asumió el poder al triunfar en las elecciones de 1997, celebradas después de una sangrienta guerra civil lanzada siete años antes por su Frente Patriótico Nacional de Liberación (FPNL).
En la contienda murieron más de 200.000 personas, en su mayor parte civiles, y centenares de miles huyeron a los países vecinos y el país, entonces uno de los más prósperos de África del Oeste, quedó arruinado.