L D (EFE) "Creo que verán muy pronto la aplicación, de manera muy enérgica, de la Ley de Responsabilidad de Siria y de la intención que hay detrás de ella", ha dicho Williams Burns, secretario adjunto de Estado para asuntos del Oriente Medio ante el Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes.
La ley fue promulgada en diciembre de 2003 con el objetivo de castigar económica y diplomáticamente a Siria, a cuyo Gobierno la Casa Blanca acusa de ser renuente en la lucha contra el terrorismo y de tener armas de destrucción masiva. Además de prohibir los contactos diplomáticos, la ley veta las exportaciones e inversiones de EEUU en Siria y congela los activos del Gobierno sirio en este país.
Burns ha dicho que el Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad, ha tenido una actitud "negativa y despectiva" frente a esas demandas y después de que Libia decidiera renunciar a sus programas de desarrollo de armas. La posibilidad de una pronta aplicación de las sanciones ha encontrado amplia acogida entre los legisladores, tanto demócratas como republicanos.
Según el congresista demócrata Tom Lantos, que se reunió recientemente con el gobernante Muamar Gadafi en Trípoli, Siria y lo que califica como "otros estados renegados" deberían seguir el ejemplo de Libia. Entre esos estados renegados incluyen a Irán y Corea del Norte que, junto con el derrocado régimen de Irak, fueron acusados hace dos años por el presidente de EEUU, George W. Bush, de formar un "eje del mal" para el desarrollo de armas de destrucción masiva y la promoción del terrorismo. "Siria tendría que despojarse también de sus armas de destrucción masiva y de sus misiles, tendría que cortar sus vínculos con el terrorismo y retirarse totalmente del Líbano", ha dicho.
Ha advertido que aunque en estos momentos existe la oportunidad de que Siria establezca lazos constructivos con EEUU "ésta no durará para siempre". Una fuente de la Casa Blanca ha indicado que el anuncio de que las sanciones son inminentes es "probablemente correcto", aunque añade que "todavía no sabemos cuándo se darán a conocer o en qué consistirán". A comienzos de esta semana el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, ha dicho que Siria se ha convertido en "un problema" debido al creciente flujo de gente que cruza la frontera desde ese territorio para llegar a Irak. "Hemos arrestado a más de 200 extranjeros que han entrado y la mayoría de ellos han sido sirios", afirma.
En una visita a Bagdad en febrero, el jefe del Pentágono dijo que "probablemente" había llegado el momento de incrementar las presiones diplomáticas y financieras no sólo sobre Siria, sino también sobre Irán. Ha señalado que Irán y Siria han permitido que sus territorios se conviertan en plataforma para el ingreso de terroristas a Irak. También acusa a Damasco y Teherán de conspirar para ayudar a combatientes del movimiento Hezbolá en el Líbano a lanzar ataques contra Israel.
Históricamente las relaciones entre EEUU y Siria han sido siempre tensas. Esas tensiones aumentaron el año pasado tras la invasión de Irak, cuando Washington acusó a Damasco de ayudar al Ejército iraquí y de facilitar la huida de líderes iraquíes por su frontera. Fuentes militares estadounidenses han sugerido en varias ocasiones la posibilidad de que las supuestas armas de destrucción masiva del régimen de Sadam Husein no hayan aparecido porque pudieron ser enviadas a Siria.
La ley fue promulgada en diciembre de 2003 con el objetivo de castigar económica y diplomáticamente a Siria, a cuyo Gobierno la Casa Blanca acusa de ser renuente en la lucha contra el terrorismo y de tener armas de destrucción masiva. Además de prohibir los contactos diplomáticos, la ley veta las exportaciones e inversiones de EEUU en Siria y congela los activos del Gobierno sirio en este país.
Burns ha dicho que el Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad, ha tenido una actitud "negativa y despectiva" frente a esas demandas y después de que Libia decidiera renunciar a sus programas de desarrollo de armas. La posibilidad de una pronta aplicación de las sanciones ha encontrado amplia acogida entre los legisladores, tanto demócratas como republicanos.
Según el congresista demócrata Tom Lantos, que se reunió recientemente con el gobernante Muamar Gadafi en Trípoli, Siria y lo que califica como "otros estados renegados" deberían seguir el ejemplo de Libia. Entre esos estados renegados incluyen a Irán y Corea del Norte que, junto con el derrocado régimen de Irak, fueron acusados hace dos años por el presidente de EEUU, George W. Bush, de formar un "eje del mal" para el desarrollo de armas de destrucción masiva y la promoción del terrorismo. "Siria tendría que despojarse también de sus armas de destrucción masiva y de sus misiles, tendría que cortar sus vínculos con el terrorismo y retirarse totalmente del Líbano", ha dicho.
Ha advertido que aunque en estos momentos existe la oportunidad de que Siria establezca lazos constructivos con EEUU "ésta no durará para siempre". Una fuente de la Casa Blanca ha indicado que el anuncio de que las sanciones son inminentes es "probablemente correcto", aunque añade que "todavía no sabemos cuándo se darán a conocer o en qué consistirán". A comienzos de esta semana el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, ha dicho que Siria se ha convertido en "un problema" debido al creciente flujo de gente que cruza la frontera desde ese territorio para llegar a Irak. "Hemos arrestado a más de 200 extranjeros que han entrado y la mayoría de ellos han sido sirios", afirma.
En una visita a Bagdad en febrero, el jefe del Pentágono dijo que "probablemente" había llegado el momento de incrementar las presiones diplomáticas y financieras no sólo sobre Siria, sino también sobre Irán. Ha señalado que Irán y Siria han permitido que sus territorios se conviertan en plataforma para el ingreso de terroristas a Irak. También acusa a Damasco y Teherán de conspirar para ayudar a combatientes del movimiento Hezbolá en el Líbano a lanzar ataques contra Israel.
Históricamente las relaciones entre EEUU y Siria han sido siempre tensas. Esas tensiones aumentaron el año pasado tras la invasión de Irak, cuando Washington acusó a Damasco de ayudar al Ejército iraquí y de facilitar la huida de líderes iraquíes por su frontera. Fuentes militares estadounidenses han sugerido en varias ocasiones la posibilidad de que las supuestas armas de destrucción masiva del régimen de Sadam Husein no hayan aparecido porque pudieron ser enviadas a Siria.
