El vicepresidente egipcio, Omar Suleiman, y representantes de la oposición acordaron el domingo realizar reformas constitucionales y poner fin a la Ley de Emergencia, vigente en el país desde 1981, informó la televisión estatal.
Según la televisión, en una reunión mantenida se acordó la reforma de los artículos 76 y 77 que estipulan los requisitos para ser candidato presidencial, y el número de mandatos que el presidente puede permanecer en el poder.
El grupo fundamentalista de los Hermanos Musulmanes aceptó formar parte de la negociación en pleno periodo de transición egipcio. La organización radical islamista, que nunca ha renunciado a sus preceptos fundamentalistas y sigue sin hacerlo, se une al proceso de normalización en plena agonía política de Mubarak.
La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, advirtió el sábado de la "tormenta perfecta" que puede generarse en Oriente Medio a partir de sucesos como los de Egipto o Túnez.
Por su parte, el propio grupo radical de los Hermanos Musulmanes afirmó que los acuerdos anunciados al final de la reunión "no son suficientes" y que el encuentro "sólo fue un primer paso". El dirigente del grupo Saad Katatni afirmó en rueda de prensa que "el diálogo todavía no conduce a nada (...). La mayoría de las peticiones no han sido respetadas", afirmó.
Entre esas demandas citó la renuncia de Mubarak, una exigencia que venían poniendo los grupos de la oposición como condición previa para cualquier diálogo con las autoridades egipcias.
Pero ahora, según aclararon los dirigentes del grupo islámico, Egipto vive "en una nueva legitimidad", ya que el régimen de Mubarak "si está, es tan sólo de una manera física".
"Es un momento que los Hermanos Musulmanes no podemos dejar pasar", afirmó Katatni, quien dijo que su presencia en el diálogo impulsado por el Gobierno busca "dar garantías a los derechos de la revolución".