(Libertad Digital) En un emotivo discurso ante el pleno de la Eurocámara, Payá dejó en claro que el Premio Sajarov de los derechos humanos es para “el pueblo cubano, sin excluir a ninguno de mis compatriotas, sea cual sea su posición política, porque los derechos no tienen color político, ni de raza, ni de cultura. En mi país hay miles de hombres y mujeres que luchan por los derechos de todos los cubanos en medio de la persecución. Cientos de ellos están presos sólo por proclamar y defender estos derechos, por lo que yo recibo este reconocimiento en su nombre”. Oswaldo José Payá, que fue propuesto este año por el presidente checo, Vaclav Havel, para el Premio Nobel de la Paz, es el impulsor del “Proyecto Varela”. En su opinión, la iniciativa acabaría con “la ausencia de derechos civiles y políticos en Cuba”, que “ha tenido graves consecuencias como la desigualdad, la pobreza de la mayoría y los privilegios de una minoría. Nosotros queremos que se tome posición a favor del pueblo cubano, con todos los cubanos y eso significa apoyar el respeto a todos los derechos, apoyar la apertura, apoyar la demanda de que se consulte a nuestro pueblo en las urnas sobre los cambios que estamos demandando”.
El proyecto de Payá se encuentra inmerso en el desarrollo del Proyecto Varela, que consiste en la recogida de 11.000 firmas para convocar un referéndum en el que se consulte al pueblo su acuerdo para modificar las leyes. La consulta popular pretende que se cumplan los derechos que recoge la Constitución de la Isla, pero que en la práctica no se cumplen. Además, Payá dirige un movimiento opositor de carácter democristiano muy extendido por todo el territorio de la mayor de las Antillas.
Fuentes del exilio cubano han asegurado a Libertad Digital que pueden ser ya 30.000 los ciudadanos que —arriesgándose a ir a la cárcel— han subscrito el Proyecto Varela, iniciativa disidente que sirviéndose de la propia legislación castrista pretende arrancarle a la tiranía un referéndum democrático. Por una vez, Castro cedió ante las muchas presiones recibidas, pero la respuesta y contraataque del dictador intenta cercenar el incipiente movimiento democrático en Cuba. Sin embargo, la enorme deuda que el Gobierno cubano mantiene con Europa, lejos de disminuir, aumenta y, son muchos millones de euros los que el Viejo Continente hace llegar a la isla en numerosos planes de cooperación. Los comunistas cubanos, no sólo viven de sus víctimas, también de la caridad de decenas de países que quizás sin pretenderlo les ayudan a permanecer en el poder mientras ya ha sido dictada la primera pena de muerte por disidencia.
El proyecto de Payá se encuentra inmerso en el desarrollo del Proyecto Varela, que consiste en la recogida de 11.000 firmas para convocar un referéndum en el que se consulte al pueblo su acuerdo para modificar las leyes. La consulta popular pretende que se cumplan los derechos que recoge la Constitución de la Isla, pero que en la práctica no se cumplen. Además, Payá dirige un movimiento opositor de carácter democristiano muy extendido por todo el territorio de la mayor de las Antillas.
Fuentes del exilio cubano han asegurado a Libertad Digital que pueden ser ya 30.000 los ciudadanos que —arriesgándose a ir a la cárcel— han subscrito el Proyecto Varela, iniciativa disidente que sirviéndose de la propia legislación castrista pretende arrancarle a la tiranía un referéndum democrático. Por una vez, Castro cedió ante las muchas presiones recibidas, pero la respuesta y contraataque del dictador intenta cercenar el incipiente movimiento democrático en Cuba. Sin embargo, la enorme deuda que el Gobierno cubano mantiene con Europa, lejos de disminuir, aumenta y, son muchos millones de euros los que el Viejo Continente hace llegar a la isla en numerosos planes de cooperación. Los comunistas cubanos, no sólo viven de sus víctimas, también de la caridad de decenas de países que quizás sin pretenderlo les ayudan a permanecer en el poder mientras ya ha sido dictada la primera pena de muerte por disidencia.