Su mujer se aprovechó de su cargo al pedir 50.000 libras a dos empresarios para el negociete de su chico; además, le pidió a este 5.000 libras, supongo que para sus gastos.
Este asunto monetario fue el que se le "olvidó" a ambos cuando hicieron el paripé, una de pedir perdón, y el otro de perdonar.
En definitiva, un par de políticos de poco fiar. Nada extraño, por otra parte, para los españoles.
Este tipo, o era un consentidor o un maldito imbécil. En cualquier caso me parece excesivo castigo. Si viejas con cara de harpía pueden liarse con nenes de diecinueve años..., pues entonces le puede pasar a cualquiera. Y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.