
LD (EFE)
Ante el Tribunal Penal Supremo de Irak que juzga a Sadam Husein y a siete de sus antiguos colaboradores por crímenes contra la humanidad y genocidio, el dictador iraquí ha pedido al presidente del órgano judicial, el kurdo Rauf Abdelrahman, ser ejecutado a tiros y no ahorcado en caso de que sea condenado a muerte.
El ex dictador y siete de sus ex colaboradores están siendo juzgados en relación con la ejecución de 148 chiíes iraquíes después de haber sido objeto de un juicio sumarísimo por un supuesto intento de asesinato del ex presidente en 1982. Los abogados de la defensa de los ocho acusados boicotean las sesiones del proceso, iniciado el diecinueve de octubre pasado, en protesta por lo que califican como falta de protección de los letrados y de sus familias.
Dirigiéndose al juez, Husein dijo: "te pido como un (juez) iraquí que, en caso de dictar una sentencia de muerte contra Sadam Husein, que te des cuenta de que Sadam es un hombre militar y que la ejecución debe llevarse a cabo con disparos y no en la horca como cualquier criminal".
Sadam, de 69 años, que compareció en el tribunal con traje, camisa, aseguró al entrar en la sala de la corte que le habían obligado a asistir a la nueva sesión del juicio, algo que, afirmó, no permite su estado de salud.
El dictador se declaró en huelga de hambre el pasado día siete de julio, dos semanas después de que Jamis el Obaidi, el número dos del comité de defensa, fuera secuestrado y asesinado en Bagdad. En la anterior sesión, celebrada el pasado lunes, Sadam no compareció ante el tribunal debido a que había sido ingresado en un hospital debido al deterioro de su estado de salud.
