LD (EFE) En una rueda de prensa, el ministro portavoz del Gobierno japonés, Shinzo Abe, lamentó que en las negociaciones que su país lleva a cabo con Corea del Norte en Pekín, la dictadura de Pyongyang lamentó se resista a aportar datos certeros sobre la suerte de los ciudadanos japoneses secuestrados en la décadas de los setenta y ochenta por agentes de la dictadura comunista.
En una reunión de nueve horas en Pekín (que este lunes abordará el tema de la normalización de las relaciones bilaterales y mañana cuestiones de seguridad nuclear y armamentística), Corea del Norte no aportó datos nuevos sobre esos secuestros, lo que ha avivado el malestar nipón.
Abe sentenció que Japón debe ver "algún progreso" en sus demandas sobre este asunto con el fin de quedar satisfecho con estas conversaciones sobre los secuestros. En los años setenta y ochenta, Corea del Norte puso en marcha una operación de secuestro de japoneses para nutrir con profesores del idioma nipón sus escuelas de espías.
Tras la primera visita del primer ministro nipón, Junichiro Koizumi, a Corea del Norte, en septiembre del 2002, Pyongyang permitió que cinco de los secuestrados japoneses regresaran a Japón y después, en el 2004, tras un segundo viaje, algunos familiares pudieron seguirles en la repatriación. Sin embargo, Tokio demanda información adicional sobre al menos otros once japoneses, a pesar de que Corea del Norte afirma que ocho de ellos murieron y que los otros nunca pisaron el país.
