LD (EFE) En su rueda de prensa mensual televisada desde el parisino barrio periférico de Cergy-Pontoise, el primer ministro francés, Dominique de Villepin, reclamó sanciones "inmediatas y ejemplares" contra los encapuchados que asaltaron y quemaron autobuses a las afueras de París en víspera del primer aniversario de la ola de disturbios que azotaron los barrios conflictivos de Francia hace un año.
Afirmó que "no podemos aceptar lo inaceptable" y por ello adelantó que "habrá detenciones" y "sanciones inmediatas y ejemplares". Preguntado si teme un contagio de la violencia a otros barrios, como ocurrió hace un año, el primer ministro aseguró: "Nuestra vigilancia y compromiso deben ser constantes".
Tras reconocer que hay "desafíos y dificultades" en esos barrios difíciles, rechazó que en Francia haya zonas de "no derecho e impunidad". Incluso, mencionó que frente al problema, se necesita "una política global responsable: las mismas reglas deben aplicarse a todos", sentenció.