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Rajoy asume ahora la doctrina Acebes y pide la impugnación total de Bildu

El PP modifica su estrategia y reclama ahora a Rubalcaba que impugne "la propia candidatura" de Bildu, y no sólo las listas manchadas.

El PP modifica su estrategia y reclama ahora a Rubalcaba que impugne "la propia candidatura" de Bildu, y no sólo las listas manchadas.

La doctrina marcada por el exministro del Interior Ángel Acebes, y que fue rechazada en un primer momento por Mariano Rajoy, se convierte ahora en la estrategia oficial del Partido Popular. El hoy diputado raso dijo que la Ley de Partidos permite impugnar la marca batasuna de Bildu, pero Federico Trillo -tras hablar con Alfredo Pérez Rubalcaba- se limitó a reclamar la prohibición de las denominadas listas manchadas por miembros del mundo de ETA.

Pese a que los planes de Génova pasan por centrar la campaña electoral en la situación económica, el Comité de Dirección teme que los pasos que vaya a dar el Gobierno en el marco antiterrorista les obligue a centralizar en éstos sus discursos, y de ahí que María Dolores de Cospedal haya pedido al Ejecutivo que haga "todo lo legalmente posible" para que ETA no esté en las instituciones, cerrando así cualquier atisbo de duda.

Y todo "lo legalmente posible" pasa, diez días después de la desautorización a Acebes -secundado, entre otros, por José María Aznar y Jaime Mayor Oreja-, porque el Gobierno impugne, además de las listas manchadas, "la propia candidatura" de Bildu. "Pedimos la anulación de la candidatura, y esperamos una respuesta afirmativa del Gobierno", solemnizó la secretaria general del PP, que ejerció de portavoz de Rajoy tras más de un mes sin pisar la sala de prensa de Génova.

El PP telefoneó este lunes a Rubalcaba

En este sentido, la número dos de los populares desveló una llamada de teléfono, este mismo lunes, realizada al titular de Interior en la que se le transmitió la nueva petición de la formación. Pérez Rubalcaba no les dio respuesta, según recalcó.

Cospedal dedicó gran parte de la rueda de prensa posterior al órgano de maitines a intentar explicar el viraje en la pauta estratégica de la formación, llegando a decir que "no ha cambiado nada" en la línea tomada, ya que ella, en primera persona, siempre ha exigido "hacer todo lo legalmente posible" para que Bildu no esté presente el 22-M.

Lo que no quiso avanzar es qué pasará si tal extremo ocurre, como off the record dan por hecho la mayoría de dirigentes de peso del PP. Lo cierto es que el Pacto Antiterrorista está roto de facto, pero los populares quieren ser ellos quienes anuncien su ruptura. "Si Bildu se cuela en las instituciones habrá un motivo de peso", explican fuentes de la dirección. "Paso a paso", respondió Cospedal sobre en qué quedaría la salud de la alianza con el Gobierno contra ETA.

"Una cosa es el Pacto Antiterrorista y otra que se haya obrado mal en el caso Troitiño, en el que se ha facilitado su fuga. El Gobierno no se puede parapetar detrás del pacto para no dar la cara y el PP tiene la obligación de denunciar", argumentó la secretaria general, no sin también mencionar otro escándalo, el del chivatazo a ETA. En este sentido, recordó que este miércoles se reúne la Junta de Portavoces del Congreso para abordar la petición de su partido a fin de que Rubalcaba dé explicaciones en pleno sobre el caso del bar Faisán. Requirió al resto de formaciones altura de miras, y que no se centren en el mero interés electoral.

Dos corrientes en el PP

Tras una Semana Santa en la que todo ha girado en torno a la lucha contra ETA, en el PP se vislumbran dos corrientes; quienes quieren apartar este asunto para centrarse en la crisis y quienes creen que, ahora más que nunca, no se debe bajar la guardia. De momento, el líder del PP ha optado por conjugar de aquella forma ambas opciones, con un pero clarificador: no será él quien fije postura en lucha antiterrorista.

La estrategia pasa, una vez más, porque él se centre en el discurso económico, como lleva haciendo ya varios meses. Mientras, sus portavoces autorizados, empezando por la propia Cospedal, harán de torpedos contra el equipo gubernamental a fin de que "no se salga del camino", expresión ésta muy utilizada en Génova. De ahí, por ejemplo, que Rajoy no tenga intención de preguntar por el asunto en las sesiones de control venideras.

"Si llega el momento, Rajoy se mojará", aseguran fuentes autorizadas, pero hasta entonces se le quiere parapetar. "Hechos objetivos y palpables", brama su entorno. Sin embargo, y como dijo Aznar, el devenir de los acontecimientos "dan la razón" a Mayor Oreja, y cada vez son más los que así piensan en el Partido Popular.

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