La consigna de la Ley del Silencio estaba clara. Cuando José Blanco respondía a la primera pregunta sobre Otegi amparándose en el "acatamiento de las resoluciones judiciales" y en "no hacer valoraciones políticas" sobre las mismas, ya intuían los periodistas que no iba a haber reacción del portavoz del Gobierno sobre la decisión de la Audiencia Nacional. Lo que no podían esperar los informadores era el enfado del ministro ante su lógica insistencia y, mucho menos, que prohibiese al último periodista formularle su cuestión sobre el particular, en la sala de prensa de La Moncloa.
"Quiero manifestar, como siempre, mi respeto por las decisiones judiciales. Es una posición del Gobierno. El Gobierno tiene máximo respeto por las resoluciones judiciales, las que tienen consecuencias sobre el señor Otegi, también. Por lo tanto, respetamos la decisión judicial y no la valoramos", respondía Blanco a la primera pregunta sin contestar a las declaraciones del Lehendakari, Patxi López, que entendía que estas decisiones "generen frustración en algunos sectores de la sociedad vasca, en momentos como éste".
Un segundo intento sobre la posibilidad de que esto influya o complique en el final de la banda terrorista ETA no servía de nada: "Me plantea que haga una declaración política sobre resoluciones judiciales. Y el Gobierno no hace valoraciones políticas sobre decisiones judiciales".
Blanco iba endureciendo el rictus ya en el tercer asalto sobre si "si puede servir de precedente para la legalización, o no, de Sortu": "El Gobierno ya ha expresado su posición de acatamiento y no voy a hacer ninguna consideración, más allá de la que he formulado en este tema".
Un cuarto informador le justificaba su insistencia por la "relevancia pública" y le preguntaba "si, al menos, nos puede decir si se alegra o no el Gobierno": "Voy a reiterar lo que he dicho: el Gobierno no hace valoraciones políticas. Y lo único que hace el Gobierno es acatar la sentencia en los términos en los que ha sido conocida en el día de hoy", se repetía el portavoz gubernamental con el ceño fruncido.
La quinta pregunta era para Libertad Digital: "Yo no le voy a pedir una valoración política sobre una resolución judicial. Pero sí que le quiero pedir una valoración política sobre otra valoración política que ha hecho el Lehendakari Patxi López. ¿Comparte el Gobierno esta afirmación? ¿No la comparte? ¿Le parece inadecuada? ¿Se la podía haber ahorrado?". "Comprendo su interés pero en todo caso, ya he respondido a esa pregunta".
La sexta incidía en eso de "No le voy a pedir que me valore la resolución judicial. Le voy a pedir que me diga si hoy el Gobierno sigue pensando que el señor Otegi es un hombre de paz". "El Gobierno hoy no ha valorado ni ha opinado sobre el señor Otegi y por lo tanto reitero que el Gobierno tiene máximo respeto por la resolución judicial".
Y en la séptima, se abrió la espita. "Venga, última pregunta" decía señalando al periodista que recogía el testigo: "Y último intento, si me lo permite. No le pido una valoración...". A Blanco se le cambiaba la cara e interrumpía al periodista: "Insisto, no me vuelva a reinformar sobre este asunto porque no... Yo entiendo que a ustedes les hace incluso... pero no voy a hacer ningún otro comentario por lo tanto no pierda el tiempo". El periodista se justificaba: "Solo quería preguntarle..." y Blanco se lo impedía: "Insisto, no perdamos el tiempo".
El enfado del portavoz gubernamental no sentaba precisamente bien entre los periodistas. "Ha dicho 'entiendo que a ustedes les hace incluso...'. Pero ¿que se cree? ¿que nos hace gracia?".