La autonomía catalana como todas las otras, después de casi cuarenta años de existencia se ha desmostrado sobradamente para lo que valen, supongo que todos los que lean estas letras sabrán mejor que yo su valía, entonces, a recogerlas todas, crear un Estado fuerte y centralizado y delegar a las Provincias única y exclusivamente la gestión de lo que se les ordene desde la centralidad, sin ningún tipo de facultades de contratación, protocolo, y otras muchas más que tienen en estos momentos y no valen nada más que para sacarnos los cuartos.