Tal y como habían anunciado, el PSOE ha procedido a la lectura de un manifiesto de apoyo a la huelga general, a pesar de que la doctrina fijada por la dirección es la de acudir a trabajar al Congreso porque "el poder legislativo no legisla". A las 8:50 horas, diez minutos antes del pleno, la portavoz socialista, Soraya Rodríguez, compareció para asegurar que "ante la huelga convocada por las centrales sindicales, el PSOE entiende que esta reforma destruye el modelo de negociación" y que "la reforma no creará empleo".
Sin aceptar preguntas y sin referirse en ningún momentos a los piquetes que coaccionan a los trabajadores y a los heridos provocados por los mismos, la portavoz socialista aseguró que por los motivos mencionados, "el grupo parlamentario socialista manifiesta que entiende las razones que justifican esta convocatoria y quiere hoy mostrar su solidaridad con los trabajadores y las trabajadoras que hoy ejercen un derecho de huelga. Un derecho reconocido y garantizado por la Constitución Española".
En los pasillos del Congreso, el ex ministro Valeriano Gómez manifestó su deseo porque la huelga general termine “sin violencia y esperemos que termine con los deseos que fueron los que impulsaron a los convocantes a realizarla". Preguntado por las declaraciones de los ministros de Hacienda, Cristóbal Montoro, y Economía, Luis de Guindos, sobre que el Gobierno "no va a ceder" ante la huelga, aseguró que "ningun gobierno democráticos, ninguno, ni los de izquierda ni los de derecha, han dejado de escuchar lo que dice la calle".
En este sentido, puso como modelo al ex presidente José María Aznar y recordó que "este mismo Gobierno, hace diez años, después de una huelga general, no sólo cambió medio gobierno sino que produjo una negociación fructífera, una negociación sensata con las organizaciones sindicales que dio atención a una muy buena parte de sus reivindicaciones y que normalizó el clima de las relaciones laborales".
Por ello, Gómez recomendó a Rajoy seguir el ejemplo de Aznar: "yo creo que haría mucho mejor en seguir lo que hizo hace diez años un gobierno del color político del PP que hacerlo advirtiéndo de que no moverá un ápice. Eso no es propio de gobiernos democráticos”. El ex ministro se preguntó "¿para qué estamos tramitándola como proyecto de ley si la pretensión de Gobierno es que quede tal cual?". Y recordó que fue el propio gobierno quien propuso su tramitación parlamentaria como proyecto de ley, permitiéndo la inclusión de enmiendas: "uno tiene que ser coherente... Lo razonable es mantener un proceso de diálogo con organizaciones sociales, sindicales y políticas y mejorar en tantas y tantas cosas como debe mejorarse esta reforma”.