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Abucheos a Ana Botella en la ofrenda a la Virgen de la Paloma

 La alcaldesa de Madrid ha inaugurado las fiestas en honor de la Virgen La Paloma entre los abucheos de los bomberos y de otros colectivos públicos.

Sobre las 12,30 ha bajado del coche oficial y ha recorrido los 200 metros que la separaban de la parte trasera del templo, donde estaba previsto hacer la ofrenda, entre gritos en contra de su gestión y de los recortes a los funcionarios y los aplausos y vivas de otra parte del público.

Algunos de estos últimos han increpado a los manifestantes, que portaban pancartas y camisetas alusivas a esos recortes, y les han recordado que La Paloma y sus fiestas son muy queridas en Madrid y que esta virgen también es la patrona de los bomberos.

Así, la alcaldesa y su comitiva ha atravesado la plaza entre los vítores de unos y el rechazo de los otros, en una zona llena de público por las fiestas de Madrid.

Unas 200 personas han acompañado e increpado en todo momento a la alcaldesa que, después de colocar las flores, ha recorrido otros 300 metros para entrar por la puerta principal de la iglesia.

Tras la misa y observar las maniobras que el cuerpo de bomberos tiene que hacer para bajar el cuadro con la imagen de la virgen, Botella ha saludado a las autoridades religiosas y ha vuelto a salir a la calle, donde nuevamente ha sido pitada e increpada.

De todas formas y como hacía el anterior alcalde, Alberto Ruiz Gallardón, se ha dirigido a una cervecería próxima a tomar un aperitivo.

Numerosos efectivos del Cuerpo Nacional de la Policía y de la Policía Local custodiaban la zona y han tenido que hacer barrera para que los manifestantes no entraran en el bar, aunque los insultos y chanzas se oían desde el recinto.

Sobre las 14,30 horas, la alcaldesa ha abandonado el bar y protegida por la policía se ha metido en su vehículo oficial.
 

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