Una vez más le asoma la vena fascista a este personaje lleno de odio y rencor. ¿Se acordará de su padre, fascista-franquista, de pistolón al cinto? Este amargado permanente, que fue sacerdote jesuita, deberia estar traquilamente en su "dacha" escribiendo sus memorias. ¡No enveneme más a los vascos de bien y al resto de españoles, Sr. Arzallus! ETA ya no será su cohartada.
¡Menudo tarado!