La foto era ansiada por el aparato del PP de Asturias desde hacía meses, y por fin hoy se producía. Evidentemente, a Gabino de Lorenzo y a su fichaje, la candidata Isabel Pérez Espinosa, les hubiera gustado que alguien de la dirección nacional hubiera visitado el Principado antes, pero lo cierto es que la presencia de María Dolores de Cospedal ha sido calificada de "revulsivo interno" ante un Francisco Álvarez Cascos que reúne a multitudes cada vez que convoca un acto preelectoral.
Sin embargo, la sombra del ex vicepresidente es alargada y ha centrado la visita de la número dos de la formación, en la que el proyecto del PP ha quedado para el postre. Y es que el plato fuerte venía de la mano de un estrambótico ofrecimiento: el "apoyo" de Cascos al partido en Asturias "será bienvenido", afirmó Cospedal en declaraciones a los periodistas.
Un extremo "imposible" según el entorno de su antecesor en el cargo, que insiste en que "siguen captando apoyos" para formar un nuevo partido. Ya en su día, la propia Cospedal negó que existiera una operación de Génova para recuperar a Cascos.
Concretamente, los informadores le abordaron con la posibilidad de alcanzar acuerdos entre el PP y la hipotética formación que el ex ministro pretende impulsar en Asturias tras su salida del partido del que fue secretario general. "Todos los apoyos de todo el mundo serán bienvenidos", afirmó, no sin recalcar que Pérez Espinosa tiene "una clara vocación de gobierno".
Así las cosas, y a tenor de que el fondo de la cuestión sigue siendo el esperpento Cascos, en el PP asturiano se quedan con la foto; una foto que -eso sí- sigue rehuyendo Mariano Rajoy, que no tiene programada en su agenda un viaje a Asturias.