Menú

DISCURSO de Regina Otaola

Por su interés, reproducimos íntegramente el discurso pronunciado por Regina Otaola en la Asamblea de la FEMP. Además de estas palabras, la alcaldesa de Lizarza ha condenado el atentado de Guecho y ha instado al resto de grupos a expresar su repulsa por el acto terrorista.

"Muy buenos días a todos, alcaldesas, alcaldes, presidentas y presidentes de Diputaciones provinciales, cabildos y Conseills Insulares, consejeros de Ceuta y Melilla,  concejalas y concejales de toda España.
 
Hace 4 años la FEMP afrontaba el reto municipalista dispuesta a conmemorar 25 años de gobiernos locales y el impulso definitivo de su configuración autonómica e institucional en una España constitucional y democrática.
 
Hoy sin embargo me encuentro aquí,  en mi condición de  alcaldesa vasca  de un municipio de 600 habitantes y candidata a presidenta de esta Federación,  para reivindicar la ley, la libertad y un  futuro esperanzador frente a la incertidumbre, los malabarismos legales, y los subterfugios para ocultar la verdad.
 
No me interesa el discurso moral, no soy quién para hacerlo, sino que vengo a exigir y reclamar al próximo Gobierno de la Nación las cosas que nos importan de verdad a los alcaldes, porque son las cosas que de verdad tienen sentido para los ciudadanos.
 
La FEMP no es todavía un poder público pero sí es un poder de facto. Este es el único sitio en el que un alcalde, por pequeño que sea su municipio, se crece, porque todos los que estamos aquí nos convertimos en granos de arena de una misma playa. Formamos, desde la diversidad, la gran casa municipal. Y porque, con mayor o menor capacidad, más o menos medios, compartimos la misma ilusión por avanzar y mejorar.
 
La política real frente a la política-ficción
 
España es una democracia, único sistema político que puede corregirse a sí mismo, según definición de Julián Marías, puesto que ofrece a sus ciudadanos la oportunidad de una vida política hecha desde la libertad. Esta es mi creencia también. Y por eso intento ejercer la política desde un profundo sentido de la responsabilidad y del bien común.
 
Somos una democracia.
 
Los Ayuntamientos, las Diputaciones Provinciales y Forales, las Ciudades Autónomas, los Cabildos y Consells Insulares hemos contribuido en estos 28 años a su fortalecimiento. Lo hemos hecho desde la libertad. Por eso no es admisible que quienes que se sirven de la violencia, compartan escaño en los plenos  con los que somos demócratas.
 
Lo hemos hecho cumpliendo y haciendo cumplir la ley. Si nuestros vecinos no tienen excusa para dejar de cumplirla, ¿Cómo pueden los alcaldes hacer dejación de esa obligación?
 
Si los alcaldes y concejales, especialmente en el País Vasco y Navarra, pero también en Andalucía, Valencia, Cataluña… han visto cercenada su libertad e incluso su vida por el simple hecho de servir a los vecinos
 
¿Cómo no defender hoy, aquí, la Ley y la  libertad por encima de la imposición de los terroristas, aunque no siempre sea fácil ni cómodo? No creo que haya que quedarse quieto o que haya que intentar contentar a los que nunca se contentarán con nada.
 
Déjenme en este punto reconocer, agradecer y poner como ejemplo la labor de Su Majestad el Rey, que ayer nuevamente defendió la imagen y el buen nombre de España, de sus símbolos y de sus representantes en el mundo. Y lo hizo, como siempre, frente a aquellos que de una u otra manera desprecian la libertad y se sirven de la Democracia.
 
Yo soy conocida por hacer algo tan sencillo como resaltar lo obvio: constituir un ayuntamiento, a pesar de las amenazas y colgar las banderas constitucionales de España, de Euskadi y de mi ayuntamiento desde su balcón. Pero yo no he hecho nada que no pueda ser considerado, en una democracia avanzada, un acto protocolario y rutinario. Era y es mi obligación. Era y es el símbolo de la libertad para mis vecinos. Y no puedo renunciar a ello.
 
Y solo pido el amparo de los poderes públicos para el ejercicio de mis derechos y deberes constitucionales e institucionales, y la garantía de la ley para su cumplimiento. Me bastaría con saber y sentir que eso existe. Pero por desgracia no es así.
 
Al igual que el profesor Marías en 1965, a mí también me llama la atención su reflexión: "Lo que más me inquieta es que en España todo el mundo se pregunta ¿qué va a pasar? Casi nadie hace esta otra pregunta ¿qué vamos a hacer?
 
Pues bien,  lo que sí quiero hacer en la FEMP, si me apoyáis, es también obvio: reivindicar la autonomía municipal, la suficiencia financiera y la utilidad de la descentralización de competencias pero, sobre todo, y con mayor ímpetu, si cabe, el respeto al principio de legalidad frente al razonamiento de oportunidad política. ¿Cabe exigir otra actitud a un servidor público? No para mí.
 
Objetivos en la FEMP
Desde mi primer cargo como concejal, hace ya unos cuantos años, no he dejado de escuchar que una vez aprobados los Estatutos de las Comunidades Autonómicas,  llegaría la hora de los Ayuntamientos.
 
Pues bien, esto es lo que yo quiero hacer, si me dan su apoyo mayoritario. Esta es mi intención y mi voluntad. Poner en hora a los Ayuntamientos, grandes, medianos pero sobre todo y especialmente los pequeños. Porque todos somos imprescindibles, todos somos necesarios.
 
Ya es hora además de llevar a cabo una descentralización de competencias y una mejora de la financiación de los entes locales.
 
Con referencia a los pequeños municipios, no podemos olvidar que el 80 por ciento de los municipios españoles son menores de 5.000 habitantes, aglutinan una población en muchos casos dispersa, y dan servicios básicos y esenciales para vivir y trabajar. Pero no es suficiente. Cada municipio contribuye a la preservación del entorno natural y del propio patrimonio cultural y desarrolla infinidad de facetas de la vida que reclaman la dedicación constante y permanente de su ayuntamiento y de su alcalde. Por mi experiencia sé que sin un marco legal bien definido y sin el apoyo de las administraciones supramunicipales, estos ayuntamientos corren el riesgo de perder su identidad y convertirse en meros núcleos de población.
 
Ya es hora además de llevar a cabo una descentralización de competencias y una mejora de la financiación de los entes locales. Como decía,  después de tantos años transcurridos todavía sigo y seguimos reivindicando que se ponga realmente en valor el papel de los ayuntamientos. Que se les tome realmente en serio y que se les reconozca que tienen la capacidad suficiente para gestionar las competencias que más directamente afectan a la vida cotidiana de los vecinos  y su financiación.
 
Es verdad que la capacidad de gestionar la han demostrado los ayuntamientos durante muchos años, haciendo de la necesidad virtud y obligados a andar “mendigando” fondos de instituciones superiores como Diputaciones, Gobiernos Autonómicos o Central, para poder desarrollar aquellos programas que los ciudadanos les demandan. Se gestiona diariamente en muchos y diversos asuntos sin recursos propios suficientes.
 
Hay materias, como educación, sanidad, bienestar social, empleo y seguridad, que no han hecho más que crecer en servicios prestados por los municipios, y que lo han hecho bien por dejación de otras administraciones, bien por sustitución de las que legalmente están obligadas a hacerlo. Las competencias impropiamente ejercidas, siguen estando ahí.
 
Hace unos años la inmigración prácticamente no existía ahora es un hecho real que requiere atención y financiación importante en muchos municipios, que están haciendo un gran esfuerzo económico para facilitar la integración social, sin recibir apenas compensación de los presupuestos generales del Estado. Y lo mismo sucede con la dependencia o con el maltrato a las mujeres. Mientras otras administraciones legislan con palabras, nosotros gestionamos con los hechos y decidimos con la sensibilidad de las personas.
 
Por tanto, creo que todos estaremos de acuerdo que el primer fin que tiene asignados en sus estatutos la FEMP: “Fomento y defensa de la autonomía de las Entidades Locales” sigue sin cumplirse porque no puede existir una autonomía real sin una financiación real.
 
Defiendo que una España vertebrada, moderna y dinámica, pasa por unos ayuntamientos modernos y dinámicos. Para ello es hora de que reivindiquemos nuestro papel. Somos la administración más cercana al ciudadano y ello exige gestión. Los Ayuntamientos, las Diputaciones Provinciales y Forales, los Cabildos y Consells Insulares y las Ciudades Autónomas también son estado y una parte esencial de la estructura territorial de nuestra Nación. Así es como actúan y así es como deben ser tratados.
 
Para finalizar, propongo un programa de trabajo basado en medidas concretas, como:
 
·        Aumentar la capacidad de interlocución institucional de la FEMP.
 
·        Propiciar un nuevo marco legal competencial, organizativo y económico financiero.
 
·        Conseguir la participación directa de los gobiernos locales en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.
 
·        Facilitar a los municipios los medios para la conversión del suelo urbanizable, primando a aquellos municipios que contribuyan con su política de suelo a mejorar la disponibilidad de vivienda y la capacidad de los ciudadanos de acceder a la compra de una vivienda sujeta a precio asequible.
 
·        Reclamar a las diversas administraciones que aporten los recursos y fondos suficientes para abordar una política de mejora del mundo rural.
 
·        Impulsar la creación de un órgano de carácter consultivo de Asuntos Rurales, con participación de las tres Administraciones, Central, Autonómica y Local, para el estudio, conocimiento, seguimiento y coordinación de las políticas que incidan en el Medio Rural.
 
·        Reforzar el papel y la presencia de las diferentes Administraciones Locales en los órganos de planificación, seguimiento y ejecución de las medidas de Desarrollo Rural incluidas en los planes y programas vigentes y de futuro.
 
Me someto por tanto al veredicto de esta asamblea, con un grupo de personas de amplia experiencia política y profesional,  con la determinación, sentido de la responsabilidad, confianza en el Estado de derecho, el amor a mi país y a mi tierra, y la creencia en los valores inalienables del ser humano.
 
Dentro de la Constitución y en el marco de las leyes propongo una firme defensa de la autonomía local, un incansable apoyo a los pequeños municipios en tamaño, pero grandes en objetivos, mi total dedicación a conseguir la garantía institucional y financiera de todos los Entes Locales españoles, con independencia de su ubicación geográfica o trayectoria política.
 
Este es mi deseo. Y me gustaría compartirlo con todos vosotros, porque tan sólo en libertad, y desde la libertad, con el único límite de la Ley, podremos alcanzar la igualdad. No lo olvidemos nunca".

Temas

En España

    0
    comentarios