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El Rey pide superar las "tensiones y divisiones" con "el más amplio consenso" dentro de la Constitución

Coincidiendo con las tres décadas de reinado, don Juan Carlos ha recuperado en el mensaje de Nochebuena las referencias a la reconciliación y la concordia que hizo en su primer discurso como Rey del 22 de noviembre de 1975. Ha recordado que "España es una gran nación". "Frente a las tensiones y las divisiones", ha dicho el monarca, "debe prevalecer —por parte de todos— la firme determinación de intentar superarlas desde la moderación y el sosiego, mediante la búsqueda del más amplio consenso en el marco de las reglas, principios, y valores de nuestra Constitución". Del terrorismo, apuntó que "no ha cejado en sus objetivos" y debe combatirse. No hubo referencias a la libertad de expresión.

(Libertad Digital) En su tradicional Mensaje de Navidad, el Rey pidió a "todos" moderación y sosiego para superar las tensiones y divisiones, y animó a buscar "el más amplio consenso" para solucionar los problemas "en el marco de las reglas, principios y valores" de la Constitución.
 
Después de expresar el "mayor afecto y los mejores deseos" de la Familia Real a todos los españoles y tener un recuerdo para los que han fallecido en "su entrega a los demás" o los que padecen "cualquier tipo de sufrimiento", don Juan Carlos recordó que "España es una gran Nación". También, que las últimas décadas de nuestra historia "no tienen precedentes en términos de paz, progreso y libertad". En tiempos de reformas estatutarias, el Rey recalcó que "nuestro modelo de convivencia se ha convertido en referencia para otros".

"No ha sido fácil llegar hasta aquí. Lo conseguido es fruto de los sacrificios de todos los españoles, que supieron superar rencores y divisiones, mirar al futuro y trabajar día a día para hacer de España el país moderno, justo y solidario del que podemos sentirnos orgullosos. Es ampliamente mayoritario el convencimiento de que lo que hemos logrado se lo debemos a la reconciliación, a la concordia y al amplio consenso que permitieron alumbrar nuestra Constitución". Recuperaba así palabras que ya pronunció el 22 de noviembre de 1975 en su primer discurso como Rey.

Las referencias a la Constitución se repitieron cuando dijo que "sin ella, sin el respeto y la lealtad a sus reglas, valores y principios y sin el esfuerzo de todos, no podría explicarse ni la modernización vivida por España, ni la envidiable estabilidad política, económica y social que hemos venido disfrutando. Vemos que nuestro país es hoy una realidad de libertad y progreso, organizado territorialmente en el respeto a su rica pluralidad y diversidad. Tenemos motivos para sentirnos particularmente orgullosos del rico patrimonio histórico, cultural y lingüístico de España".

 
Moderación y consenso ante la división

Desde el salón de audiencias del Palacio de La Zarzuela, admitió que "cierto es que vivimos avances y también algunas dificultades. Y debemos esforzarnos por resolverlas de común acuerdo. Para ello, debemos recurrir al diálogo responsable y sincero, dentro del respeto a nuestro marco constitucional, utilizando los cauces institucionales y democráticos, favoreciendo siempre el predominio de lo que nos une, nunca de lo que nos pueda separar, fomentando la concordia, el consenso y el respeto mutuo que han hecho posible nuestra estabilidad y progreso".

E insistió: "Mi mensaje de esta noche es bien sencillo. Frente a las tensiones y las divisiones, debe prevalecer —por parte de todos— la firme determinación de intentar superarlas desde la moderación y el sosiego, mediante la búsqueda del más amplio consenso en el marco de las reglas, principios, y valores de nuestra Constitución. Todo lo que se ajuste a estas pautas será siempre más sólido, más seguro y, sobre todo, más integrador".

 
Además, don Juan Carlos mostró su confianza en las instituciones y partidos: "Confío plenamente (...) que sabrán siempre servir fielmente al interés general, y al deseo mayoritario del pueblo español de preservar y ensanchar nuestra armónica convivencia".

El terrorismo no ha cejado en sus objetivos

 
El monarca también habló en su discurso navideño de pobreza, terrorismo, inmigración ilegal y unidad en la defensa de los intereses de España en el exterior. También de una "más y mejor" educación e innovación tecnológica.
"A todos nos duelen las cifras de ciudadanos que viven en España por debajo del umbral de la pobreza, en contraste con las que avalan nuestro sostenido crecimiento económico. Una sociedad solidaria y de progreso, como la española, debe comprometerse con todo empeño en la lucha contra la pobreza, la marginación o la exclusión social", dijo.
Objetivo "prioritario e irremplazable" debe ser, señaló, terminar con el terrorismo: "Sus instigadores, encubridores y autores materiales no han cejado en sus objetivos, amenazas y extorsiones. Su profunda crueldad está presente en las cicatrices de tantas familias de víctimas, a las que nos debemos y cuyo dolor nunca podremos compensar. Para acabar con esa lacra debemos incrementar nuestros esfuerzos, sabiendo que contamos con los instrumentos del Estado de Derecho, la acción de la Justicia y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y con una creciente cooperación internacional".

En alusión a las oleadas de inmigrantes indocumentados que han llegado a lo largo de este año a las costas españolas, el Rey expuso que "no podemos tolerar que prospere el tráfico de seres humanos. Tampoco debemos permitir que inmigración sea sinónimo de muerte, explotación, o discriminación. Como nueva realidad social de grandes dimensiones, la inmigración debe ser abordada por todos con profundo sentido de la responsabilidad".

 
Educación e innovación. La receta
 
En su discurso recordó: “Llevo años insistiendo en que la mejora de la educación y el fomento de la innovación tecnológica son tareas prioritarias”. Y para el Rey “sólo hay una receta: más y mejor educación, más y mejor innovación”. Son pues, dos aspectos de la actualidad política más reciente marcados por la aprobación de la polémica LOE y por los fondos de cohesión para I+D+i con los que Zapatero se conformó en la negociación presupuestaria de la ampliación de la UE.
 
Política exterior. Evitar la debilidad

Reconoció que "nuestro propio éxito nos ha hecho, lógicamente, más dependientes del exterior. Evitemos encerrarnos en nosotros mismos. No olvidemos que muchos retos y oportunidades se sitúan más allá de nuestras fronteras, en áreas cada vez más lejanas y competitivas. En este nuevo siglo, más que nunca, la defensa de los intereses de España y de los españoles exige del Estado actuar en el exterior con la máxima cohesión de todos: instituciones, fuerzas políticas, y agentes económicos y sociales. Si no somos capaces de sumar fuerzas, si no concentramos adecuadamente nuestros esfuerzos, debilitaremos nuestra capacidad de acción y de negociación exterior; y serán otros quienes se beneficien de esa debilidad".

Al final del discurso no faltó la alusión al treinta aniversario de su proclamación como Rey: "Siempre podréis contar con mi entrega ilusionada y mi permanente voluntad de servicio, con mi empeño por sumar esfuerzos para afrontar nuevos retos y objetivos, y con mi más firme compromiso y el del Príncipe de Asturias con el futuro de España".

 
El Rey quiso recordar el nacimiento, el 31 de octubre, de su séptimo nieto, la Infanta Leonor, primogénita de los Príncipes de Asturias, "que amplía y garantiza la continuidad en la sucesión". Y concluyó con un deseo de "paz, felicidad y prosperidad", que hizo extensible a quienes viven, trabajan o prestan servicio fuera de España, y a los extranjeros que han escogido este país como hogar "y contribuyen a nuestro desarrollo".

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