La organización terrorista ETA sigue justificando su política de terror y asesinatos, y vuelve a hacerlo utilizando sus altavoces tradicionales, los diarios Gara y Berria. Además, insiste en el fin último de todo grupo terrorista, intentar que el Gobierno del país en el que actúa le ofrezca contrapartidas políticas por dejar de atentar y asesinar.
Según dice en su comunicado, su objetivo es dar cauce a "un proceso democrático que supere la opresión de Euskal Herria”, niega sin pudor que quiera imponer un status político en la comunidad vasca y Navarra, y dice que “lo que lleva buscando durante largas décadas es una solución política y dialogada que haga materializables todos los proyectos políticos de manera democrática".
Tras esto, los terroristas amenazan con más asesinatos si las Fuerzas de Seguridad continúan desempeñando su labor: “A la imposición con las armas de España le hacemos frente con las armas”. “Lo único que se ha demostrado frustrado y estéril en estas últimas semanas, como en los últimos años, es la estrategia represiva y las vías policiales”, dice.
ETA asume en su comunicado la autoría de sus últimos cuatro atentados. Exactamente, el asesinato con bomba-lapa de Eduardo Puelles en la localidad vizcaína de Arrigorriaga el pasado 19 de junio; la bomba colocada junto a la sede del PSE en Durango (Vizcaya) el 10 de julio; y los últimos atentados de Burgos y Calviá (Mallorca).
Especialmente crueles son sus palabras sobre Puelles y la excelente labor que desempeñó en la lucha contra el terrorismo justificando su asesinato. Le califica de “jefe de las operaciones policiales contra muchos militantes abertzales de izquierdas y jóvenes independentistas durante la última década, además de coordinador de diferentes operaciones contra ETA. A veces como torturador más instruido y despreciable de comisaría y otras veces en el papel de policía bueno”.
Los terroristas se intentan burlar también del ministerio de Interior y de la Guardia Civil al decir que la furgoneta bomba con la que intentaron llevar a cabo una masacre en Burgos “estuvo aparcada durante medio día y cargada de explosivos en el parking del cuartel más grande que tiene la Guardia Civil en las inmediaciones de Euskal Herria” pese a ser “el vehículo que todas las policías han estado buscando y que ha aparecido en la prensa en los últimos tres meses”.
Por último, ETA se muestra indignada con el apoyo del PNV y Nafarroa Bai a la Guardia Civil tras los atentados de Burgos y Claviá, a través de una declaración del Congreso de los Diputados que incluye textualmente en el comunicado. Les reta a "poner esos vivas a la Guardia Civil y a España en sus programas electorales".