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Gabilondo, bombas de racimo, hoteles y maletines

La colección de acusaciones, insultos y anticipaciones oídas este miércoles comenzaba a las siete de la mañana en la cadena SER. Iñaki Gabilondo acentuaba su ya agresivo estilo para calificar el caso Tamayo de “bomba de racimo que extiende su devastación”. Sobre los “maletines”, negocios y sobornos dijo sólo “no lo sabemos”. Horas después, la emisora empezaba a seguir la pista contrarreloj.

(Libertad Digital) Iñaki Gabilondo abría la segunda hora de su “Hoy por hoy” en la cadena SER con un discurso sobrecogedor. Lo de Tamayo y Sáez es para el periodista “una bomba, pero no una cualquiera. Es una bomba de racimo que extiende su devastación” . En cuanto a los efectos que ya ha provocado: “El PSOE está herido de muerte... Zapatero está destrozado”, “A Simancas se le escapa la Comunidad de Madrid... la joya de la Corona”. Para Tamayo y Sáez reservó, si cabe, más dramatismo. Les llama “traidores, sinvergüenzas que han muerto políticamente” . Incluso llega a desearles “que no tengan complicaciones en su vida social” . Para terminar, la gran pregunta: ¿accederá el PP a gobernar con los traidores sinvergüenzas?

No quiso entrar Gabilondo en la trama de los maletines, las inmobiliarias y otros sobornos. Lo dejó en “no sabemos nada” . Pero su emisora se encargaría de desvelar que la pareja socialista rebelde había mantenido una reunión matinal en un hotel madrileño llamado “Los Vascos”. Las habitaciones, según la cadena, corrieron a cargo de Enrique Cabezas, un constructor. La SER está sobre la pista que persigue el PSOE y detalla hasta el número de las habitaciones en las que se alojaron. La cadena añade: "pasadas las tres de la tarde Eduardo Tamayo ha abandonado el establecimiento, con prisas y gesto seco, acompañado por dos guardias de seguridad, y sin querer responder a las preguntas que se le han planteado".

Las conclusiones de la cadena de Polanco fueron: “La aparición en escena de ese personaje vinculado al mundo de la construcción, Enrique Cabezas, reservando las habitaciones, abunda en la sospecha de un caso de corrupción ligada a los sectores que maneja el mundo inmobiliario en la Comunidad de Madrid” . No terminaría ahí la preocupación del socialista rebelde. Las cámaras de Telemadrid le siguieron en coche en una persecución más propia de los paparazzi y sin un objetivo informativo claro. Nada extraño si se tiene en cuenta que “El País” sugiere en su pieza “La diputada silenciosa” que María Teresa Sáez pasaba por “una profunda crisis” en su matrimonio con el también socialista Enrique Prieto. Si de momento no encuentran otra cosa, no está de más sembrar la duda sentimental: “Algunos de sus compañeros aseguran que María Teresa y Eduardo son amigos. A algunos de sus compañeros socialistas, Teresa les contó que su matrimonio atravesaba una profunda crisis” . Y luego destacan que hasta “juntos se tomaron un café antes de marcharse del pleno dejando sus escaños vacíos” .

Y en la colección de insultos ya resulta leve el término “traidor”. Ahora son “bombas de racimo” (Gabilondo), “inmorales, canceriles y basura humana” (Leguina) y algo peor, según Bono: “Ni los traidores ni los corruptos son moderados y ninguno de estos dos despojos humanos pueden hablar de moderación".

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