Llegó al Partido Popular de la mano de José María Aznar, pero es con Mariano Rajoy con quien ha alcanzado un peso descomunal en las decisiones del principal partido de la oposición. No hay nada que no pase por sus manos y que no pueda interpretar con sus encuestas.
Se llama Pedro Arriola; principal asesor de Rajoy y analista de tendencias sociales y electorales. Detestado por muchos y respaldado por pocos, está en todos los actos importantes del PP como, por ejemplo, en el encierro organizado en el Parador de La Granja para preparar la estrategia del presente curso político. Su sueldo exacto es una incógnita, aunque "tiene muchos dígitos".
Muchos supieron del peso de este gurú en los debates que enfrentaron a Rajoy y a José Luis Rodríguez Zapatero antes de la última cita con las urnas, que volvió a ganar el PSOE. Él fue el único que se acercó al presidente popular en esos momentos de tensión; del único que recibió consejo.
El arriolismo
El arriolismo, más presente ahora que nunca, consiste, básicamente, en mantener "un perfil bajo, no hacer nada que llame la atención y responder a los problemas de lado, nunca de frente". El motivo que aduce es que "la recesión económica acabará catapultando a Zapatero".
Su sello, por ejemplo, está impreso en la respuesta del PP a la trama Gürtel. Sus sondeos dicen que el caso de corrupción no afectará de forma decisiva en las elecciones y que, por lo cual, "hay que ser cautos, medir los pasos y evitar grandes titulares".
De él también es la idea de que Rajoy no fuera a la manifestación a favor de la vida, que el pasado sábado congregó en Madrid a cientos de miles de personas. Arriola le transmitió, según fuentes consultadas, que de ir a la marcha "recibiría más críticas que elogios" y que "sería visto por la clase media como alguien radical".
Recibido el mensaje, el presidente del PP animó a los suyos a asistir a la manifestación pero anunció que él no estaría presente a la par que quiso dejar claro que el partido no estaba detrás de la convocatoria.
"Está intentado crear un PP simpático"
Así las cosas, sólo basta hacer una ronda de contactos entre dirigentes populares para constatar lo conocido que es internamente Arriola y lo poco que gusta a la mayoría. "Tiene a Rajoy en la inopia, deberíamos de dar más guerra, más caña", asegura un miembro del partido que pertenece a la Ejecutiva Nacional del PP.
Para otro, el problema de fondo es que "el PP ha perdido la claridad en su mensaje". "Está intentado crear un PP simpático, que le caiga bien a los medios de izquierda, pero no sé da cuenta de que estamos decepcionando a mucha gente y que si algo gusta del PP es su firmeza", resume, en declaraciones a Libertad Digital.
En Génova tampoco gusta la "tremenda influencia" de Arriola en su jefe de filas. Un destacado dirigente marianista recuerda que rasputín -como también le llaman- no forma parte del Comité de Dirección pero se pasea por la séptima planta (donde se ubica el despacho de Rajoy) "como si estuviera por su casa". Según fuentes consultadas, ha tenido más de un encontronazo con María Dolores de Cospedal. Sus enfrentamientos con Jaime Mayor Oreja y en su día con Eduardo Zaplana también son conocidos.
No son los únicos. Soraya Sáenz de Santamaría también ha tenido que dar su brazo a torcer ante la influencia de Arriola. Su mujer es, ni más ni menos, que Celia Villalobos. La diputada del PP ha incumplido en más de una ocasión la disciplina del partido pero nunca ha sido amonestada. También fue apoyada por el Grupo Popular cuando protagonizó una sonada bronca con la vicepresidenta de la Mesa del Congreso.