Jaime Lissavetzky presenta hoy su candidatura para la alcaldía de Madrid. Al que también es candidato de Zapatero le han salido apoyos por todos lados. Pronto tanto Trinidad Jiménez como Tomás Gómez se apresuraron a darle su apoyo. Sin embargo, la estrategia del Comité Federal es separar bien las amistades.
De hecho, antes de presentar su candidatura, el todavía secretario de Estado para el Deporte concertó un desayuno en una cafetería en el Círculo de Bellas Artes en Gran Vía y delante de todos los medios con Jiménez. El objetivo es mostrar que ellos son los verdaderos candidatos y que se vea quienes son los que cuentan.
Ambos llegaron caminando e iban charlando y riendo delante de las cámaras. Posteriormente se sentaron en una mesa de una cafetería. El tercero en discordia, Tomás Gómez, ha quedado relegado. Aunque ese podría ser el objetivo de este paripé.
Tras apenas diez minutos de charla, a la vista de todos y de los decenas de periodistas, volvieron a posar ante los medios. En realidad, a lo largo de este encuentro estuvieron más tiempo posando que hablando. Quedó claro que están unidos en su batalla por Madrid.
Jiménez dejó claro que ella y Lissavetzky forman "un tándem electoral ganador" y eso es lo que "nos ha motivado". Negó, como no podía ser de otra manera, las presiones que está ejerciendo Ferraz y Moncloa sobre los alcaldes y fieles a Tomás Gómez para que cambien su voto. "La única persona que está llamando a los alcaldes y dirigentes soy yo, como es mi obligación porque quiero que me apoyen, desde una posición de respeto a Tomás Gómez. Soy yo la que encabeza la candidatura y estoy apelando a los militantes madrileños. Con mi talante de siempre, nada de presiones".