Colabora

Los dos zulos descubiertos en Guipúzcoa fueron utilizados para entregar al "grupo Donosti" los explosivos robados en Francia

Los investigadores de la Guardia Civil creen que los dos zulos de ETA registrados este lunes a las afueras de las localidades guipuzcoanas de Tolosa y Hernani fueron utilizados por la banda terrorista como buzón para hacer entrega al grupo Donosti de explosivos procedentes de Francia en los meses de diciembre y enero pasados. Agentes del instituto armado registraron la tarde-noche los habitáculos escondidos en zona montañosa próxima a las dos localidades citadas, sin hallar en su interior armas o explosivos. Mientras, un etarra amenaza entre risas con continuar "con la lucha armada".

El 11-M lanzó la negociación | El PSOE, pasa palabra
Marlaska absuelve a Otegi | Zaplana: "Batasuna estará en las elecciones"

L D (Agencias) Agentes de la Guardia Civil registraron este martes dos habitáculos escondidos en zona montañosa próxima a las dos localidades de Hernani y Tolosa, sin hallar en su interior armas o explosivos. Los registros contaron con la autorización del juez de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, encargado de dirigir las investigaciones.
  
En dos de los numerosos registros practicados por la Guardia Civil desde que se inició el 28 de marzo el operativo contra el grupo Urederra de ETA, los agentes se han incautado de alrededor de 200 kilos de material para la fabricación de explosivos, así como todos los útiles para confeccionar coches-bomba y bombas-lapa. Los agentes creen que terroristas procedentes de Francia dejaron en los zulos registrados este lunes los explosivos y que después, los miembros del grupo los trasladaron a Andoain y Berriozar, donde los guardaban cuando la Guardia Civil inició la operación.  
  
Precisamente, el juez Moreno envió a prisión el pasado 4 de abril a los tres últimos de los 11 detenidos en la operación contra el grupo Donosti. Entre ellos, José María González Pavón y Unai Lamariano Larrea, detenidos tres días antes y a los que acusa, entre otras actividades terroristas, de haber actuado de lanzaderas en los traslados de estos explosivos.
  
La misma noche en que se desató la operación, la Benemérita encontró en una bajera de la localidad guipuzcoana de Andoain cerca de 30 kilos de material explosivo que al día siguiente fueron expuestos en el cuartel de Intxaurrondo. En concreto se hallaron 600 gramos de pentrita, 11 paquetes de nitrato de 1,7 kilos cada uno, 4 kilos de clorato y una cantidad indeterminada de clorato, azufre y azúcar.
  
Completaban la incautación varios temporizadores, dispositivos de iniciación para bombas-lapa, cordón detonante, detonadores, aluminio, lamparas de comprobación de los circuitos de los artefactos y una pistola de las robadas en Vauvert por la banda terrorista. La bajera era propiedad de la detenida Itziar Aguirre y correspondía a una vivienda donde la colaboradora del grupo Urederra escondía a Joseba Lerín, detenido en las proximidades del inmueble y quien estaba encargado de "dinamizar" el grupo de terroristas por orden directa del jefe de los grupos de ETA, Garikoitz Aspiazu, "Txeroki".
 
Más explosivos  
 
Cuatro días después, el sábado 31 de marzo, los agentes del instituto armado hallaron en otra bajera, esta vez de la localidad navarra de Berriozar, 120,7 kilos de nitrato, 23 kilos de "kaskabarro" (cloratita confeccionada por ETA), 21 kilos de polvo de aluminio y 2,5 kilos de azufre. La bajera pertenece a Iñaki Lerín, huido de la operación de la Guardia Civil y hermano de Joseba.
  
ETA guardaba también en esa bajera 10 detonadores, dos bidones con materiales químicos utilizados para la fabricación de explosivos, diversos dispositivos de iniciación, 20 metros de cordón detonante, cinco ollas de gran tamaño utilizadas para preparar coches bomba, tarteras, una batería de nueve voltios, tuercas, rodamientos, cartuchos de caza, cable multifilar y dos teléfonos móviles.

Temas

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario