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Los investigadores dicen que el helicóptero chocó contra el suelo, se desplazó 50 metros y explotó

Según ABC, el Cougar estaba realizando un vuelo de alto riesgo. El Mundo se decanta por la hipótesis del atentado y alude a un informe del CNI.

(Libertad Digital) Según informa Europa Press, los investigadores que analizan el siniestro indicaron que, tras observar las huellas, los restos del aparato, la munición y los restos de combustible hallados en la zona del siniestro, se puede deducir, de modo provisional, que el siniestro se produjo al tocar suelo la aeronave y que, a partir de ese golpe, el helicóptero recorrió unos 50 metros hasta que explosionó y, posteriormente, ardió. En el lugar de dicha explosión se encontró el principal resto de fuselaje del helicóptero, tal y como se puede observar en la imagen de la zona facilitada por el Ministerio de Defensa.

Sin embargo, el presidente de la Asociación de Militares Españoles, José Conde, aseguró que el Gobierno puede "estar tapando o escamoteando" la posibilidad de que el helicóptero en el que se desplazaban los diecisiete militares fallecidos sufriera un ataque. Conde, en declaraciones a EFE-Televisión, añadió que al Ejecutivo "le vendría muy mal" que el helicóptero Cougar padeciera un ataque porque, apuntó, había decidido enviar las tropas a Afganistán y así lo rubricó una resolución parlamentaria.

Un vuelo de carácter táctico

Según ABC, el Cougar volaba a diez metros sobre el suelo y "a tope de carga". Portaba los 17 hombres completamente pertrechados. Según la información de ABC, el aparato realizaba un vuelo de carácter táctico, que serviría como última prueba con la que obtendría la declaración de Capacidad Operativa Final (FOC), del batallón de 500 soldados de la Brigada Ligera Aerotransportada (Brilat), que fue enviado a Afganistán. El "cougar" es en realidad un helicóptero ideado para usos civiles, pero adaptado a uno militar.

El helicóptero, fabricado por Eurocopter, volaba al límite por la carga que llevaba y por volar casi a ras de suelo. La escasa distancia entre el helicóptero y el suelo le daba al aparato muy poco margen de maniobra en el caso de que saltara algún imprevisto. El helicóptero sobrevolaba una zona de guerra, en la que había peligro de derribo. De hecho, la razón de volar tan cerca del suelo, con el riesgo que conlleva, era la de evitar cualquier intento de derribo. A ello hay que añadir otros factores de riesgo, como la altitud y las temperaturas de la zona.

El informe del CNI

Según publica El Mundo, el Centro Nacional de Inteligencia había informado al Gobierno de la localización de 20 cohetes tierra-aire, de origen ruso e iraquí, cuando eran transportados desde Irán a esta zona afgana en la que están las tropas españolas. Se trataba de armamento de los narcotraficantes de opio con el que querían "hostigar a los aviones y helicópteros militares extranjeros que sobrevuelan continuamente estas montañas". En contra de lo difundido por el Gobierno, los servicios secretos advirtieron sobre la "peligrosidad" de la zona por tratarse de la ruta habitual de los contrabandistas de droga "con capacidad de fuego antiaéreo para poder derribar cualquier aparato que les sobrevuele a menos de 1.500 metros de altura".

Este informe del CNI fue ignorado el pasado martes por el ministro Bono. Entonces dijo que "los informes de la Inteligencia no sitúan en la zona población hostil alguna, sino al revés, personal amigo. En esta región no existe rechazo a los militares españoles, sino todo lo contrario: aplauden su labor".

El Mundo desvela otro dato que contradice lo mantenido por el titular de Defensa: "la Fuerza de Intervención Rápida que se desplazó inmediatamente a la zona del siniestro para proteger a sus compañeros heridos del otro helicóptero y los restos del aparato siniestrado fue apedreada por la población civil". Hace dos meses fueron atacados con balas trazadoras dos helicópteros españoles del Servicio de Búsqueda y Salvamento que acudieron a rescatar a un miembro herido de una ONG extranjera. En diciembre pasado, un avión Casa-235, de fabricación española y alquilado al Gobierno estadounidense, sufrió un accidente. La versión oficial sostiene que se debió a causas atmosféricas, pero fuentes militares españolas aseguraron que el avión fue derribado por un misil Stinger cuando transportaba a un grupo de funcionarios de la CIA, según recoge el diario.

El teniente Navarro: "Pienso que ha pasado algo"

En El País, el teniente Navarro, que viajaba en el segundo aparato, explica que el día del siniestro había viento de cola, pero de sus palabras no se puede desprender que las condiciones atmosféricas fueran especialmente adversas: "Al sur de Herat siempre había viento. Desde que llegamos, en mayo, soplaba viento del norte". Ese día eran "de moderados a fuertes". Al ver que el otro helicóptero desciende, se le pierde vista e instantes después se aprecia una columna de humo, el teniente explica que su piloto hace una maniobra de esquiva". El periodista pregunta: "¿Piensa que el otro helicóptero ha sido atacado?" Y responde: "Pienso que ha pasado algo". "Pero ustedes van en vuelo táctico precisamente porque temen que pueda producirse un ataque", le interroga. "¡Claro! Gira a la izquierda porque, si hay algún tipo de amenaza, está a la derecha".

Cuando de forma clara le pregunta si por lo que vio cree que el helicóptero fue atacado o se estrelló accidentalmente, el teniente se escuda en que "lo único que yo pienso es que se ha creado una comisión de investigación, formada por muy buenos profesionales, que han recogido todo tipo de evidencias sobre el terreno. Ellos le darán la respuesta a esa pregunta".

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