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Manuel Montero anuncia que no se presentará a la reelección como rector de la UPV

El rector de la Universidad del País Vasco (UPV), Manuel Montero, anunció este lunes en Bilbao su intención de no presentarse a la reelección del cargo en las elecciones que se celebrarán en el plazo de dos meses. Las razones, "desgaste personal que supone cuatro años de mandato" y el hecho de "tener que ir protegido".

L D (EFE) En conferencia de prensa, Montero explicó que ha tomado esta decisión atendiendo a "razones personales y profesionales". Entre las primeras, citó "el desgaste personal que supone cuatro años de mandato y que supone vivir en determinadas condiciones de inseguridad y con la secuela necesaria de tener que ir protegido, que constituye un peso difícil de solventar".

Además, también se refirió al "cansancio de una gestión tan compleja como la del rector de la UPV", así como a "razones familiares, ya que este puesto conlleva cierto abandono al entorno familiar". Montero, que adelantó su intención de "volver a la investigación y a la docencia", habló de "un cierto hartazgo" por haberse sentido "fustigado con cierta frecuencia incluso por quienes deberían compartir" su proyecto de gestión. Pese a ello, afirmó que "me he sentido y me siento apoyado en la universidad".

El rector calificó su mandato como "una etapa importantísima" en su vida y admitió que "en algunas decisiones nos hemos podido equivocar, aunque no cambiaría ninguna de las decisiones fundamentales. En cualquier caso, siempre fueron dictadas en el convencimiento de que eran lo mejor para la UPV".

No obstante, aseguró sentirse "orgulloso" de su mandato porque "aunque haya sombras como todas las gestiones, pueden las luces".

En esta línea, citó "el mantenimiento de la estabilidad interna, la defensa de la autonomía universitaria frente a los intentos por controlarla y la nítida defensa de la democracia y la oposición al terrorismo y la violencia" como los tres aspectos de los que se siente "especialmente orgulloso".

Montero hizo repaso de sus cuatro años en el puesto y afirmó que "sin duda el momento más difícil, más duro y brutal fue en diciembre de 2000 cuando pusieron una bomba en la universidad". También recordó otras "circunstancias extra académicas particularmente lamentables", como el hecho de que "cuatro años después aún persiste el acoso terrorista y hay profesores que tienen que acudir escoltados".

Por último, Montero dijo que la universidad vasca está "llena de vitalidad y de energías internas" y consideró que "no se merece la imagen que se le achaca".

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