Según la organización, un total de 68.500 catalanes participaron en los referendos, organizados en una cincuentena municipios de Cataluña.
En las anteriores oleadas de consultas independentistas, la participación fue superior a la de este domingo, aunque entonces votaban poblaciones de pequeño y mediano tamaño, mientras que ahora, explican los organizadores, votaban grandes ciudades de la conurbación de Barcelona, como Mataró, Sant Boi de Llobregat, Cornellà o Sant Feliu, donde CiU y ERC cosechan sus peores resultados y que son el granero de votos de PSC, ICV-EUiA y el PP catalán.
En las consultas del 13 de diciembre, la participación fue del 27 por ciento del censo; en las del 28 de febrero, del 21 por ciento, y en las del 25 de abril, del 20 por ciento. Es decir: la participación va en descenso.
Hubo más participación en los municipios pequeños y medianos, donde los nacionalistas sacan tradicionalmente sus mejores resultados, mientras que los índices son casi insignificantes en las ciudades del "cinturón rojo", como popularmente se conoce a la Región Metropolitana de Barcelona desde la transición, donde los partidos de izquierda gozan de la hegemonía electoral.
Así, en Sant Feliu de Llobregat (Barcelona), la participación ha sido del 8,5%. En cambio, en municipios pequeños el porcentaje crece, siempre según los datos de los organizadores: Vallromanes (Barcelona, 34%), Sobremunt (Barcelona, 68,8%), Desaigües (Tarragona, 44,10%), Òrrius (Barcelona, 45,24%), Masllorenç (Tarragona, 40,85%) y Osor (Girona, 55%). En Mataró, votó el 24%.
Pese a lo elocuente de las cifras, desde la Coordinadora de las Consultas, el diputado de ERC Uriel Bertran celebró los datos, ya que, dijo, las consultas llegaron en su territorio más hostil: la región metropolitana. "Hemos dinamitado el 'cinturón rojo'", proclamó Bertran, quien consideró que Cataluña es una tierra lo suficiente "madura" como para organizar un referéndum sobre la autodeterminación con carácter vinculante a nivel catalán.
