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Toro declaró que Trashorras le había dicho que los autores del 11-M eran los "amigos" de Zouhier

Antonio Toro Castro, imputado en la trama que facilitó los explosivos para el 11-M, afirmó ante el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo Olmo que la misma noche de los atentados su cuñado, el también imputado Emilio Suárez Trashorras, se acercó a su domicilio "nervioso" y le dijo que creía que los autores de la masacre erán los "amigos" del confidente de la Guardia Civil Rafá Zouhier, con quien ambos mantenían negocios en relación con el tráfico de drogas.

L D (Agencias) Así consta en el careo que Toro y Suárez Trashorras mantuvieron el pasado 16 de noviembre, al que ha tenido acceso la agencia Europa Press, ante el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6, que investiga los atentados, y sobre cuyo contenido ya no pesa el secreto sumarial por decisión del magistrado.

La manifestación de Toro fue contradicha por su cuñado Trashorras, que aseguró que dicho comentario "fue bastante posterior" y que el 13 de marzo también se lo había dicho a 'Manolo', el inspector de Estupefacientes de la Comisaría de Avilés para quien actuaba de confidente. "Eso no fue el 11 de marzo porque además no había ningún indicio de que no hubiese sido ETA", manifestó Trashorras, tras lo cual Toro indicó que no se acordaba del día exacto en el que mantuvo esta conversación con su cuñado, sólo que era de noche.
 
Durante el careo, Toro reconoció que estando en prisión por otra causa criminal mostró a su hermana Carmen y a su cuñado un papel con un teléfono, que pertenecía a esposa de un tal Sabino, que estaba en prisión con él. Esto contradice lo afirmado por Zouhier en una carta, en la que señalaba que este número podría pertenecer a un miembro de ETA.
 
Según Toro, Zouhier no estaba en el locutorio de al lado para poder verlo, sino más lejos. Añadió que dentro de la cárcel no hizo ningún ofrecimiento de explosivos a nadie y "que no es cierto que se ofreciese a traficar con armas y explosivos de Francia a España", ya que sólo se dedicó a traficar con drogas y vender coches.
 
Sobre su relación con los implicados por participar directamente en los atentados, Toro señaló que la sustancia explosiva que éstos bajaron de Asturias a Madrid no se la entregaron ellos, ni tampoco les dieron los detonadores que adquirieron en verano de 2003.
 
Reconoció que la droga la compraba por mediación de Zohuier y Jamal Ahmidan, 'El chino' -uno de los presuntos autores que se suicidaron en el piso de Leganés el pasado 3 de abril-, y que la primera vez que vio a los dos juntos fue en noviembre de 2003, en el restaurante McDonals del barrio madrileño de Moncloa, donde se reunieron para hablar de una partida de estupefacientes que no se vendía porque era muy mala.
 
Valoración del juez
 
En la valoración que hace sobre el careo, el juez del Olmo manifiesta que Toro "se adapta con rapidez a las indicaciones e insinuaciones" que le hace su cuñado Trashorras y "muestra una personalidad de amplio influjo" por parte de su cuñado, "lo que genera una desconfianza en cuanto a sus manifestaciones en orden a los extremos por él manifestado".
 
Sobre Trashorras, Del Olmo afirma que logró llevar a Toro a la aceptación de sus indicaciones, por lo que para el instructor "se genera una duda racional en orden a la percepción de la credibilidad y verosimilitud" de la diligencia.
 
 

 

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