
L D (Europa Press) La sesión comenzó con más de media hora de retraso porque se celebró previamente, en la sede central de la Audiencia Nacional, la reunión de la sala de gobierno. Además, volvieron a surgir problemas con los intérpretes y el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, ordenó identificar a una mujer que acudía como público.
Era una de las víctimas de los atentados que había permanecido aproximadamente media hora en la sala portando una camiseta con una caricatura de Mahoma en que se apreciaba una bomba con la mecha encendida en el turbante. Esta persona siguió parte del juicio sentada en primera fila junto al habitáculo desde el que los acusados siguen la vista y abandonó la sala aproximadamente media hora después del inicio de la sesión.
La mujer, perteneciente a la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, que preside Pilar Manjón, fue atendida por psicólogos después de ser identificada. La solicitud de identificación se realizó al considerar que portar dibujos o mensajes de este tipo puede perturbar el normal desarrollo del juicio, a pesar de que la exhibición de estas camisetas sea completamente libre en otros ámbitos, explicaron poco después fuentes jurídicas. Las mismas que precisaron que la mujer no fue apercibida.
De hecho, la solicitud se produjo únicamente cuando la víctima abandonó la sala voluntariamente como mera comprobación. La policía verificó además que esta persona no exhibía ningún mensaje adicional al dibujo que pudiera haber mostrado a los acusados. La miembro de la asociación de Manjón, que sigue habitualmente las sesiones del juicio, se mostró muy afectada tras estos sucesos y fue conducida a la sala especial habilitada para las víctimas.
La casa de Morata y el piso de Leganés
La sesión arrancó con el testimonio de Mustapha El Haddar, que no se había presentado la semana anterior. Reconoció que había realizado trabajos de reforma en la casa de Morata de Tajuña y que el acusado de colaboración Abdelilah El Fadual El Akil fue quien le presentó a Jamal Ahmidan "El Chino".
Situó en esa casa, hacia finales de febrero, a Rifaat Anouar Asrih, a los hermanos Mouhamed y Rachid Oulad Akcha así como Allekema Lamari, todos ellos muertos en la explosión de Leganés. De Serhane Ben Abdelmajid Fakhet, "El Tunecino", dijo que visitó la finca dos o tres veces a finales del mes de febrero. Añadió además que una persona de la que desconocía su identidad y a la que describió como "gordo" y "calvo" fue a ver en "alguna ocasión" a "El Chino". Negó que durante los tres días en que desarrolló labores de pintura y carpintería en la finca viera explosivos e indicó que todos utilizaban sus propios móviles.
También declaró el administrador de la Inmobiliaria que alquiló el piso de la calle Martín Gaite de Leganés. Gonzalo Fernández identificó ante el tribunal del 11-M a Mohamed Belhadj, hermano del acusado por la autoría intelectual de los atentados Youssef Belhadj, como la persona que alquiló la casa. Indicó además que fue él quien comunicó a la policía datos exactos sobre la vivienda el 3 de abril de 2004. Las Fuerzas de Seguridad del Estado no tenían, hasta ese momento, información exacta sobre el piso, indicó el testigo.
