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Diana Molineaux

Bush, de mal en peor

La campaña electoral de George Bush va adquiriendo una dinámica peligrosa que, si no consigue detener en los próximos días, le llevará inevitablemente a la derrota en el mes de noviembre. Este miércoles, el candidato demócrata y vicepresidente Al Gore consiguió por primera vez una ventaja superior al margen estadístico de error, al situarse 7 puntos por delante en el sondeo Zogby, realizado entre el domingo y el martes.

Es muy mala noticia para Bush, pues todavía no se registraba el efecto de las "ratas" en el anuncio divulgado por el Partido Republicano, que muy poca gente advirtió hasta que el diario New York Times recogió en su portada las "inquietudes" del partido demócrata. ero es todavía peor al analizar las cifras: Bush y Gore están igualados en el apoyo de los hombres, pero Gore tiene 15 puntos de ventaja entre las mujeres. En el caso de hombres independientes, Gore gana por 8 puntos y tan sólo pierde 4 entre los votantes blancos en general, mientras que lo supera en mucho entre hispanos y negros.

Geográficamente la situación también está cambiando, porque Bush pierde apoyo en los estados decisivos del centro del país y hasta la Florida, con gran población cubana y con su hermano Jeff como gobernador, está ahora indecisa. Tiene poco tiempo para recuperarse: la campaña ha entrado en una fase en que el éxito es necesario y su erosión se refleja en la conducta de senadores y congresistas republicanos: en sus campañas, ya no confían en que defender los recortes fiscales de Bush les dará votos y defienden los intereses locales particulares, desprestigiando así aún más al candidato de su partido, pues sus rivales pueden señalar que ni siquiera los republicanos confían en él. Y la masa amorfa de votantes indecisos, que no saben qué pensar, se dejan llevar por la corriente indicada en las encuestas, convertidas en profecías inexorables.

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