José María Aznar ha intervenido en Roma ante Confindustria (la patronal italiana) en un acto que ha estado muy lejos de ser protocolario. El presidente del Gobierno ha aprovechado esta ocasión para hacer un gran acto de fe en el euro. Ha dicho Aznar que la moneda única es necesaria e imprescindible para el futuro de Europa. De todas formas, ha reconocido un gran defecto. Reconocimiento que se ha convertido en un claro llamamiento a todos los gobiernos europeos: El dólar sólo tiene un portavoz y habla de vez en cuando, mientras que el euro tienen muchos portavoces y hablan permanentemente.
Referencia clara y directa sobre la actitud de los gobiernos europeos. Todos hablan, discuten y airean los problemas públicamente. El presidente del Gobierno ha pedido en definitiva mas disciplina, mas discreción, mas espíritu corporativo para defender el euro. La unión monetaria necesita, pues, un principio de actuación entre todos los países, entre todos los gobiernos. El Banco Central Europeo debería ser quien marque las pautas en la política monetaria. Los gobiernos, sin perder protagonismo real, deberían ganar en discreción. Y es que son muchos gallos en un solo corral.
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