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Ignacio Villa

Esquizofrenia política

Los terroristas, en su locura, poca argumentación pueden recibir para rebatir sus acciones incalificables. Los que sí debían escuchar los argumentos de los demócratas, en cambio, son aquellos que hasta hace poco tiempo no daban pie a la duda. La ambigüedad, el doble lenguaje, el terreno de nadie, es una actitud política insostenible. Los nacionalistas vascos han intentado mantenerse en las dos orillas, una actitud que nunca es justificable, pero que además el tiempo clarifica y que, por lo tanto, hace imposible estar y no estar.

El PNV y también EA –una novedad en las palabras de Aznar- están en una esquizofrenia política que se traduce en legitimar el terrorismo, en alardear de la amistad de los que matan, en demostrar que están más cerca de ETA que de los demócratas. Con cada asesinato, con cada atentado, se cierra el camino de salida. Con cada nueva acción terrorista, los nacionalistas vascos están más acobardados, más asustados y más desorientados. El nacionalismo vasco vive para ETA, para su entorno y para sus locuras. Para ellos, todo tiene justificación mientras que los demócratas ya no la tienen.

La lejanía es cada vez mayor. PNV y EA están en un camino de difícil retorno, viven irreconocibles e incrédulos una situación, por desgracia, cada vez más irreversible. Y es que legitimar el terrorismo atrofia la lucidez.