Con las diligencias informativas ya abiertas, Guillermo Ruiz Polanco nos ha convocado a la prensa; unos cincuenta periodistas le hemos escuchado en una sala de vistas, donde habitualmente se celebran los juicios. Con el fondo de la bandera española y bajo un retrato del Rey, el magistrado nos ha dicho, entre otras muchas cosas, que nos quedaríamos horrorizados si supiéramos cuántos compañeros le han apoyado estos días.
Lo cierto es que, entre estos muchos compañeros, parece que no se encuentran los siete miembros de la Sala de Gobierno de la Audiencia Nacional. En su reunión de la mañana de este jueves, no han escatimado duras palabras hacia su colega del juzgado número 1. Los siete, por unanimidad, han reprochado su actuación. Han recordado que, en un momento tan delicado como el que atraviesa el país, la judicatura no puede transmitir la sensación de que los jueces pierden los nervios ante los terroristas.
Más de uno, más de dos y más de tres miembros de esa Sala son partidarios de imponer una sanción a Guillermo Ruiz Polanco. En su encuentro han recordado que el etarra Iragi no ha sido el primero, ni será el último, que provoque incidentes en una sede judicial. Pero esos altercados, según estos magistrados, tienen su curso previsto, que no pasa porque el juez pierda la calma. Las diligencias informativas podrían terminar en un expediente disciplinario abierto por falta leve. Las dos hostias no dadas pueden costarle a Guillermo Ruiz Polanco 50.000 pesetas.
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