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Maite Cunchillos

Los bandazos de la Sala

Lo más honrado e inocente será creer que Antonio Díaz Delgado, con su voto particular, ha abierto los ojos de sus compañeros de Sala, Carlos Cezón y Juan José López Ortega. Después de dos meses y medio de deliberaciones y varios borradores de auto, resulta curioso pensar que ahora, el voto particular descubre datos reveladores incriminatorios contra quienes iban a salir, este mismo martes, de la cárcel.

Da la impresión de que los dos magistrados de la Sección Cuarta se han sentido desmontados al leer los contundentes argumentos de quien firma el voto discrepante. En un exhaustivo relato de hechos, este juez incluye todos los indicios que aprecia contra los responsables de EKIN. Y, entonces, ¿de qué han estado hablando los jueces desde enero?

Puede ser que en este replanteamiento de la Sala haya influido lo que en latín se conoce como “rebus sic stantibus” (cambio de las circunstancias). Se había filtrado la decisión de los jueces, eso había levantado una polvareda política y mediática y, para colmo, un voto particular demoledor...

Sería deseable que la Audiencia Nacional siguiera, en materia de terrorismo, un criterio de coherencia y rigor ajeno a factores externos a la propia conciencia de los jueces. Los “bandazos” en los posicionamientos generan una cierta incertidumbre que, sin duda en este caso, la opinión pública ha podido percibir. Rectificar es de sabios, siempre y cuando el juez haga esos cambios siguiendo única y exclusivamente lo que le dicte su conciencia.