Dos días después de “la carta de las dos penas”, el gobierno norteamericano ha dejado bien claro que no tienen motivo alguno de arrepentimiento: el avión chino que chocó con el aparato de reconocimiento norteamericano se acercó demasiado y maniobró equivocadamente, mientras que el personal de tierra en la isla china de Hainan recibió por lo menos 20 mensajes de socorro del avión siniestrado.
En una conferencia de prensa, el secretario de Defensa Donald Rumsfeld ha dicho que después de escuchar a la tripulación, está más convencido que nunca de que no tuvo ninguna culpa del accidente y, para demostrarlo, pasó un video que uno de los muchos encuentros en que los aparatos chinos acosan a los norteamericanos que vuelan frente a sus costas y en los que hacen maniobras temerarias a velocidades inadecuadas para sus aparatos.
A pesar de todo, Rumsfeld ha intentado “salvar la cara” del gobierno chino, al declararse convencido de que el piloto desaparecido jamás intentaba chocar, aunque no sea más que por instinto de supervivencia. Por otra parte, queda en una nebulosa la respuesta china a los múltiples “mayday” de los tripulantes: en el avión, que a duras penas consiguieron enderezar, había tanto ruido que era imposible saber si los chinos contestaban o no.
Pero Rumsfeld ha recordado incidentes semejantes en suelo americano: en la década pasada, un avión militar ruso y otro chino después tuvieron que aterrizar por una emergencia en EEUU y ni su tripulación fue detenida ni el avión confiscado o inspeccionado. Además, ha advertido de que los vuelos de reconocimiento no solo no son actos de espionaje, sino que los realizan otros países, entre ellos la propia China.
En Opinión
Servicios
- Radarbot
- Libro