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Alberto Míguez

Los mismos tópicos

¿Otro libro sobre Pinochet, Allende, la Unidad Popular, Chile? Otro. ¿Mejor o peor que los anteriores? Semejante, ni peor ni mejor, parecido. Con los mismostics: buenos y malos, maniqueísmo, sectarismo.

Para quienes vivimos aquellos años terribles en el país austral, este tipo de obras nos parecen pura ciencia-ficción; por mucho esfuerzo que hayan hecho los autores para investigar a fondo, rescatar documentos inéditos, entrevistar a los protagonistas o testigos todavía vivos.

Mónica González, periodista chilena, comprometida con la causa de la izquierda extrema, exiliada en Francia durante unos años y autora de otros libros de semejante intención que el presente, quiso establecer con éste la arqueología del golpe militar de 11 de septiembre de 1973 que concluyó con el suicidio del presidente Salvador Allende en el Palacio de la Moneda.

Trata la autora de reconstruir la conspiración de los militares desde la llegada al poder de la Unidad Popular hasta el golpe de Estado. Hay un interesante trabajo documental, bastantes entrevistas con algunos de los conspiradores, algún hallazgo más o menos nuevo. Pero el lector, sobre todo si es europeo, se queda en ayunas sobre las razones de por qué se produjo el golpe, las causas políticas, sociales y culturales que lo potenciaron. O, peor, para explicarlo recurre a las viejas tesis de que Allende fue apenas una víctima del imperialismo norteamericano, la oligarquía criolla, la derecha fascista, etcétera. Los militares golpistas aparecen apenas como los instrumentos de esas fuerzas oscuras.

Quien vivió aquello sabe que la hipótesis es disparatada aunque, eso sí, se haya convertido en una “verdad histórica incontrovertible” a fuerza de ser repetida por ignorantes, oportunistas y sectarios.

Que Pinochet, como Franco en España, se unió al golpe militar cuando éste estaba en marcha y era ya imparable es una evidencia que todo el mundo conocía, incluidos sus colegas castrenses. Que posteriormente fue eliminando a sus compañeros de armas para hacerse con el poder supremo y único, nadie lo pone en duda. Que individuos como Manuel Contreras (fundador y director de la policía política pinochetista, la DINA) fueron claves en este encumbramiento del dictador, no constituye descubrimiento alguno. Todo eso era sabido de sobra, hay cientos de libros donde se explica mejor. Pero, ¿valía la pena escribir un volumen de más de quinientas páginas para descubrir tópicos y repetir verdades a medias? La obra se lee mal, es aburrida, reiterativa, dogmática. Una pérdida de tiempo y de dinero, en suma. Tal vez, también, una ocasión perdida. Una más.


Mónica González,Chile. La Conjura. Los mil y un días del golpe, Ediciones B, Barcelona, 2000, 507 páginas.

Más libros en:El Semanal de Libertad Digital

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