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Amando de Miguel

El ruido gratuito en la calle

Pase el ruido necesario o inevitable de la vida urbana, el del tráfico, los motores, la voz humana y su reproducción. A todo eso hemos añadido el ruido gratuito del jolgorio en la calle. Va a más. Sobre todo está el ánimo bullicioso de los jovencitos aficionados a emborracharse en la calle. Es un rito hebdomadario, centrado en el viernes por la noche. Con el buen tiempo se extiende a casi todas las noches. El vecindario no puede dormir, ni tan siquiera estar tranquilo. Una costumbre simpática, si moderada, ha degenerado en una agria expresión más de la violencia callejera.

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