Ya se ha abierto la veda para alcanzar los sillones del CGPJ y casi todo vale: en el Supremo organizan asambleas casi sindicalistas para promover a candidatos que, al no estar asociados, lo tienen muy difícil. Aunque resulte extraño, un juez no asociado, por ejemplo, de Bollullos del Condado, recabará setenta firmas con más facilidad que todo un señor magistrado del Tribunal Supremo y, encima, el ridículo de no resultar elegido será muy superior en una toga del Supremo que en una de Bollullos; jueces como Manuel Xieira lo saben muy bien.
También se reunieron en el Tribunal Supremo veintiún asociados de la APM; con su presidente a la cabeza. Intentaron canalizar un sistema democrático de elección que tranquilice a sus enojados militantes; y es que las bases observan con temor cómo la directiva amenaza con lanzarse hacia los sillones de la cúpula judicial.
Está claro que el poder y la ambición no tienen ideología: en Jueces para la Democracia también están revueltos. En su congreso de Canarias, más de uno va a tirar los trastos a la cabeza de la directiva, que también, cómo no, quiere ir al CGPJ. Nombres como Montserrat Comas, Ricardo Bodas, Martínez Lázaro y Martín Pallín ya suenan como candidatos.
Los más tranquilitos son los llamados “Vitorinos”, de la asociación Francisco de Vitoria. Los miembros de la directiva no se presentarán al CGPJ. Todos los asociados votarán en primarias con voto secreto y por correo. Ya se han formalizado las candidaturas de Carlos Granados, Pepe Díaz Delgado, Vázquez Honrubia y Carmen Valcarce.
Por si fuera poco, el asunto de Gómez de Liaño sigue coleando en el gobierno de los jueces y en Tribunal Supremo. En la Sala Segunda, algunos magistrados insisten en que no se debe ejecutar la sentencia del Tribunal de Conflictos...
...continuará.
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