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Ignacio Villa

¿Dónde está el centro?

El centro, por lo que parece, se ha convertido en el bien más preciado en el panorama político español. Desde el PP alardean de haberlo encontrado hace tiempo, desde el PSOE se anuncia que el centro es el objetivo y que la izquierda es la única capaz de encontrarlo. Todos quieren lucir la etiqueta del centro, unos acompañados por el reformismo, otros por el progresismo.
Todos luchan por el mismo terreno ideológico en una semana especialmente intensa. Los socialistas con la “Conferencia política” prevista para el próximo fin de semana y los populares con una fuerte contra-programación del presidente Aznar.

En este contexto, el presidente del Gobierno ha realizado balance del curso político. Ha aprovechado la ocasión para “lucir” los logros de su Gobierno en un año de errores y de ausencia de pulso político. Aznar, que ha comenzado a escuchar las primeras críticas sobre la gestión del Ejecutivo desde dentro, parece muy empeñado en demostrar que los deberes se han cumplido, pero sobre todo en que quede claro que el Gobierno ha actuado desde el centro ideológico. Una posición política que para Aznar es propiedad del Partido Popular.

Mientras tanto, Rodríguez Zapatero prepara la “Conferencia política” del PSOE. Lo está haciendo con discreción, para evitar airear la falta de unidad interna. Pero parece claro que va a anunciar la conquista del centro como gran objetivo programático.

Todos buscan ese mensaje de moderación que conlleva la equidistancia de los extremos. Todos buscan refugio en el centro, en momentos de críticas y de errores estratégicos. Todos buscan el mismo terreno, y parece que se olvidan que son los ciudadanos quienes dan y quitan los votos.

Las etiquetas están bien, pero hace falta gestión. El centro sirve para todos, pero sirve como escondite, como excusa. Para el Gobierno, como paraguas de sus errores e inoperancia; para el PSOE, como tapadera de su falta de unidad interna y su discurso desdibujado.

El centro, por el momento, lo utilizan como bálsamo para sus heridas. Y, mientras tanto, todos siguen buscando el centro.

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