Según el último informe disponible de Jupiter Media Metrics, con una subpágina específica para España, el mercado español de Internet se está posicionando de acuerdo con los parámetros occidentales. Así por ejemplo, en el primer semestre de 2001, los sitios web de directorios y recursos han visto incrementada su audiencia desde un 28,6% en enero a un 32,2% en junio. En el mismo período, el número de internautas ha pasado de 3.753.000 a 1.165.000.
España muestra un mayor porcentaje de internautas universitarios que otros países (véase la Asociación de Usuarios de Internet ); así por ejemplo, mientras en España el porcentaje de universitarios que utilizan la Red es del 36%, en Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Alemania, dicho porcentaje oscila entre el 19 y el 26% según un estudio realizado por Netvalue .
El dato de los universitarios, pese a lo que puede parecer, no denota una ventaja especial. En realidad, lo que significa es que el uso de Internet no ha penetrado en todas las clases sociales, a diferencia de lo que ocurre con Estados Unidos. Y además hay otro dato esencial que afecta a las empresas en términos de utilidad comercial y generación de negocio a través de la red: la escasa participación de mujeres en la navegación digital. Para ello basta con tener en cuenta que mientras en España sólo un 23% de mujeres acceden a Internet, en los países occidentales ese porcentaje es mucho mayor. Sólo a título indicativo, en Estados Unidos el porcentaje de mujeres que acceden desde sus casas es del 51% (sí: más que los hombres) y es del 47% desde el puesto de trabajo, según un estudio publicado por Business2.0 sobre datos facilitados por Nielsen, NetRatings y otras empresas de estudios de mercado.
La penetración de Internet en los hogares es una cuestión fundamental. Extrapolando los datos del estudio de Business2.0, observamos que desde los hogares se pulsa el doble de veces sobre los banners en relación a cuando se hace desde las empresas (0.0025% y 0,0014% respectivamente) y son precisamente esos clics de ratón los que generan negocio para las empresas y, en consecuencia para cientos de miles de familias.
No tenemos quejas a propósito del crecimiento de Internet entre el empresariado, pero es fundamental que la Administración comprenda que ese crecimiento deber correr paralelo con el de los hogares en la medida en que está directamente relacionado con el consumo.
Por otra parte, las empresas deben dedicar sus esfuerzos a realizar webs comprensibles, de fácil navegación y que contengan elementos explícitos acerca de los productos y servicios ofrecidos y no solamente formularios y unos “contacte con nosotros” que no siempre responden. Se trata de generar confianza mutua para que el sistema resulte eficiente para la sociedad. De eso se trata.
España se normaliza
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