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Lucas Soler

Lara, otra más

¿Por qué todas las hijas de famosas se separan al poco tiempo de haber cobrado la exclusiva de su luna de miel? No es una pregunta ociosa. Terelu Campos, Rocío Carrasco, Lolita, Rosario Flores o Carmen Morales son algunas de las hijas de famosas también famosas a las que el vínculo matrimonial les ha durado bien poco. A la lista de naufragios debemos añadir ahora a Lara Dibildos, primoroso y atolondrado retoño de Laura Valenzuela.

Después de cuatro años de matrimonio con Fran Murcia, Lara ha comunicado a la prensa que se le acabó el amor. Para disipar comentarios morbosos, la pareja ha asegurado que el motivo
de su ruptura no se debe a terceras o cuartas personas. La razón de su separación es más sencilla: el trabajo se interfiere entre ellos. Al parecer, las pistas de baloncesto en las que Fran Murcia se gana las lentejas y los escenarios teatrales en los que Lara intenta triunfar desde hace unos meses están reñidos. Una pena, porque no hacían mala pareja.

El anuncio de la ruptura, con un comunicado oficial a los medios cuya redacción recuerda a un recurso administrativo, no deja de ser sorprendente. Pese a sus veleidades artísticas, primero como presentadora de televisión y ahora como actriz de comedia teatral, Lara Dibildos parecía una muchacha sensata y sosegada, sin el brío ni la raza de otras colegas de oficio como Rocío Carrasco.

Fran Murcia también se ajustaba al perfil de un mozuelo sano, deportista y responsable. Pero en las cuestiones del amor nunca se sabe. En todo caso, no parece que esta separación civilizada y de mutuo acuerdo sea el principio de un folletín por entregas ambientado en playas tropicales y juzgados de primera instancia. Fran Murcia no es Antonio David ni Oscar Lozano. Aunque nunca se
sabe, porque los famosos con los corazones rotos siempre encuentran alivio en el confesionario de "Tómbola". En las próximas semanas veremos si el jugador de baloncesto y la hija de Laura Valenzuela mantienen la discreción y no caen en la tentación de contarlo todo a cambio de talón bancario o unas vacaciones pagadas en Cuba.

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