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Maite Cunchillos

El BBVA Privanza ante los tribunales

Las Primas Únicas y las Cesiones de Crédito del Santander abrieron la veda. Ahora, el BBV se enfrenta también en los tribunales a un delito fiscal: siguiendo el rastro del dinero desaparecido en la Expo, la fiscalía Anticorrupción observó que numerosos "clientes especiales" del BBV tenían cuentas en paraísos fiscales. Para evadir capitales, según el fiscal, esos clientes tenían que cumplir un requisito mínimo: contar con un patrimonio igual o superior a los 500.000 dólares (92 millones de pesetas). A un cliente de este tipo, el BBV le remitía a BBVA Privanza Banco.

El fiscal relata en sus investigaciones el mecanismo ideado para no declarar a Hacienda determinadas cantidades de patrimonio de los grandes clientes del BBV: ese patrimonio se ocultaría por medio de estructuras facilitadas "ad hoc" por su filial Canal Trust Company Limited. El producto financiero podía residir en esta filial, en BBV Privanza Bank Jersey o en BBV Privanza Europa. La identidad real del cliente se ocultaba; así, éstepodía eludir el gravamen tributario aplicado en España. Y la entidad bancaria también cometería delito, al no incluir en su balance el neto patrimonial de su filial.

Los directivos de BBV Privanza que han declarado ante Garzón, niegan las imputaciones del fiscal; aseguran que la entidad no guarda una conexión directa con BBV. Es el mismo argumento que utiliza el Santander en muchos casos, cuando se le pregunta por el "Santander Bahamas". También han asegurado en la Audiencia Nacional que los clientes de BBV Privanza son de todas las nacionalidades, es decir, no son sólo españoles.

Y han empezado hoy a desfilar como imputados. Su comparecencia no ha tenido la cobertura mediática que se podía prever. El poder y el silencio, a veces van de la mano en los medios de comunicación. También es cierto que las escaleras de la Audiencia Nacional se han convertido ya, quizá exageradamente, en la pasarela más conocida de nuestro país. No se puede cuestionar de forma imprudente la gestión de una poderosa entidad bancaria. Pero tampoco se debe ocultar el hecho de que los responsables del banco en cuestión estén siendo investigados por un delito fiscal. La instrucción del caso acaba de empezar. Lo que ya ha terminado, y para siempre, es la época de los maletines a Suiza. Y En Jersey lo saben.

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