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Un muro insalvable

El Partido Popular ha encontrado en la Mesa del Congreso de los Diputados un aliado muy eficaz a la hora de quitarse de encima situaciones incómodas relacionadas directa o indirectamente con Gescartera. La Mesa, en la que el PP tiene mayoría, se ha convertido en un muro insalvable cuando la Comisión de Investigación pretende ir más allá en algunos puntos incómodos.

El primer golpe con que se encontró la Comisión fue cuando quiso recabar más información acerca del crédito concedido por el HSBC, el banco de Gescartera, a la empresa de la familia del vicepresidente económico del Gobierno, Rodrigo Rato, en la que tiene la tercera parte del capital. Lo primero que sorprende en este asunto es que un político en ejercicio como Rato, y más con responsabilidades de Gobierno muy importantes, mantenga participaciones en empresas privadas. Puede que sea legal, pero no parece muy ético. El caso es que el estado económico financiero de Muinmo, que es así como se llama la sociedad, no es, precisamente, como para que en condiciones normales se le concediera un crédito. Eso es lo sospechoso. ¿Fue decisivo para ello que en el capital estuviera presente Rato? Esa es una de las cosas que habría que dilucidar. También habría que aclarar por qué el presidente del HSBC en España, cuando compareció ante la Comisión, negó rotundamente ante una pregunta clara y explícita del PSOE que su entidad hubiera concedido crédito alguno a personas llamadas a comparecer ante sus señorías, o a familiares y empresas suyas, para luego enviar un documento en el que se reconoce el préstamo a la empresa de la familia Rato. O por qué el vicepresidente económico primero dijo no saber nada del asunto y luego resulta que pudo haber avalado el crédito. Pero, de momento, nos quedaremos sin respuestas por obra y gracia de la Mesa del Congreso, que ha desestimado la petición de comparecencia.

Luego está el asunto de David Vives, el ex director de Supervisión de la CNMV, quien hizo el informe sobre Gescartera. Vives acusó a Pilar Valiente y los suyos de impedir la intervención de la sociedad de Antonio Camacho. Luego vinieron otros a tratar de desmentirle, pero no pudieron hacerlo, hasta que llegó el ex secretario de la CNMV, Antonio Alonso con supuestas pruebas que acallarían a Vives, cosa que tampoco sucedió. Pero Vives quiso que se llegara hasta el fondo del asunto y pidió a la presidenta del Congreso una orden para entrar en la CNMV y coger la documentación depositada en la caja 69, en donde se encuentra todo el dossier sobre Gescartera, y la Mesa del Congreso se negó nuevamente a ello.

La Mesa, por supuesto, ha aducido razones legales y de competencia en ambos casos, pero también podría haberlas alegado para actuar de forma contraria a como lo ha hecho. Pero parece que eso no interesaba por lo que supondría de desgaste político para el PP porque su estrategia en la Comisión se basa en que Vives miente y Pilar Valiente y Antonio Alonso dicen la verdad --es lo que menos coste político tiene para los "populares"--, y porque aceptar la comparecencia de Rato para hablar del crédito del HSBC supone un paso más para obligarle a asumir sus responsabilidades políticas en todo esto, cosa que el PP tampoco quiere. Eso es estrategia política.

Lo malo de todo es que, en una democracia seria, órganos como la Mesa del Congreso no están para parar los temas que le resulten incómodos al Gobierno, sino para poner orden en el trabajo de sus señorías. Aquí no ha sido así con lo que han quitado buena parte del sentido que tenía la Comisión de Investigación en una actitud que recuerda demasiado a los tiempos del PSOE cuando había que parar escándalos como Filesa, Roldán, GAL, Cruz Roja, BOE, etc. Si esta es la regeneración de la vida política prometida por Aznar, mejor que no se regenere nada.

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