El trágico accidente del Airbus A-300 de American Airlines al despegar del aeropuerto JFK de Nueva York añadirá más aprensión y temor a volar de los ya existentes a nivel mundial y local tras el 11 de septiembre. Todo indica que no se trata de un atentado, aunque están pendientes investigaciones en profundidad y hasta que concluyan parece un tanto aventurado pronunciarse.
Pero la nueva tragedia se produce en la misma ciudad donde se dio el genocidio de las Torres Gemelas, a unos kilómetros apenas de Manhattan y las primeras imágenes servidas por las televisiones norteamericanas se parecían peligrosamente a las del “martes negro”.
Este temor generalizado a volar tendrá, ya está teniéndolas, consecuencias gravísimas para las compañías aéreas, tanto las regulares como las de vuelos “charter”. Varias compañías de bandera europeas (SABENA, Swissair) están quebradas o a punto de quiebra, pero la culpa de su situación no la tienen desde luego las Torres Gemelas sino una política disparatada y una competencia feroz. Iberia se prepara para despedir a un 3% de sus empleados y tampoco parece que tenga la culpa el “martes negro”, aunque resulte útil para justificar un expediente de crisis fruto de las huelgas salvajes e inexplicadas los de pilotos del SEPLA y de la política irresponsable de los dirigentes empresariales.
Lo que parece claro es que la crisis actual exigirá nuevas fusiones de compañías medianas o pequeñas cuya rentabilidad era nula antes del 11 de septiembre y que, de un modo u otro, hubieran tenido que recurrir a la ayuda del Estado (una práctica detestable que la UE debería impedir) para seguir operando. El accidente de Nueva York no facilitará las cosas a estas empresas al borde de la quiebra.
La anécdota de la jornada –mitad cómica, mitad dramática– la protagonizó un portavoz del SEPLA, el señor Álvarez Cascos (nada que ver aparentemente con el político), que reprochó a TVE ocuparse exageradamente de un accidente ocurrido en Nueva York cuando “hubo docenas en España y a nadie le importó”. Increíble, pero cierto.
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