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Diana Molineaux

El escondite de Ben Laden

Nos asegura la prensa norteamericana que Ben Laden tiene un nuevo escondite, en el pueblo de alta montaña Tora Bora, en la provincia de Nangarhar del Afganistán oriental, donde dos mil de sus mercenarios más fanáticos le protegen y desde donde puede huir fácilmente al Pakistán.

Tora Bora es una localidad minúscula en un valle formado por la confluencia de dos cordilleras, accesible tan solo a lomo de caballo, con infinitas cuevas ampliadas y acondicionadas con depósitos de armas, alimentos y refugios de invierno construídos en el decenio de los 80 con dinero norteamericano destinado a los guerrilleros afganos que combatían a las tropas soviéticas.

Para las armas rusas de aquél entonces, el laberinto de Tora Bora resultó invulnerable e inexpugnable. Pero hoy en día las “bombas inteligentes” de la aviación estadounidense, la enorme capacidad del avión espía no tripulado”Predator” y las alianzas con los excelentes jinetes afganos reducen este súper búnker a un escondite más.

Por esto es improbable que Ben Laden todavía se esconda allí, puesto que el más primitivo espíritu de conservación obliga a todo fugitivo a abandonar su escondite, por seguro que sea, en cuanto se da cuenta de que ha sido localizado. Y si la prensa norteamericana sabe de su presencia en Tora Bora gracias a las delaciones de los lugareños, el líder terrorista también conoce esas denuncias.

Seguro que a estas horas Ben Laden y sus seguidores están en cualquier sitio menos en Tora Bora o los caminos de montaña que llevan desde allá hacia el Pakistán Occidental y que están vigilados por agentes de la CIA, comandos del Ejército de los EE.UU., las cámaras del Predator y los ojos avariciosos de miles de afganos y pakistaníes deseosos de vender sus informes por 25 millones de dólares.

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