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Carlos Semprún Maura

ETA se acerca

Por primera vez en la historia de la televisión francesa, y aunque fuera en una cadena confidencial, La 5, presencié anoche una mesa redonda en la que todos los participantes estaban contra ETA. Por lo general, en este tipo de emisiones, ocurría que la mayoría estaba a su favor, y se denunciaba “la tortura, la situación colonial, la terrible represión”, y el terrorismo era presentado como la única arma posible de los oprimidos y explotados. La retahíla de siempre. Anoche ocurrió exactamente lo contrario, se condenó el terrorismo, se recordaron sus sangrientos atentados, se insistió en la amplia autonomía y las libertades de las que goza el País Vasco, y el peligro de muerte que supone ETA para la democracia. Sin tener, espontáneamente, la menor admiración por los policías, me llamó la atención la inteligencia y el conocimiento preciso de ETA, de un comisario –me temo que jubilado–, encargado de la lucha antiterrorista, Joel Cathala. La única nota involuntariamente cómica, fue cuando una historiadora, con pinta de hermana mayor de Marguerite Duras, y sombrero masculino, que no se quitó, tartamudeó que... “también había que tener en cuenta la miseria en el País Vasco”. Los demás hicieron como que no la habían oído.

¿Por qué este cambio tan radical? Sencillamente porque los etarras han disparado y herido gravemente a dos gendarmes, estos días. Antes, cuando esas cosas ocurrían en África, como decía Juan Goytisolo, al afirmar que Europa terminaba en los Pirineos, podían hasta aplaudir sus “proezas”, y manifestarles sus solidaridad concreta en el terrorismo francés. Pero si empiezan a disparar contra gendarmes franceses, eso ya no. Lo cierto es que, habiéndose producido arrestos en Francia, algunos importantes, y aunque Olano siga bailando en Bayona, los etarras deben sentirse nerviosos, temer su detención y extraditación a España y prefieren disparar. En todo caso, el cambio de actitud de unos y otros, es notable. Este viernes 30, toda la prensa consagraba sus titulares en primera plana a ETA, que se atreve a disparar en Francia. Puede que esto tenga efectos positivos y que las autoridades decidan un refuerzo de la caza y captura de etarras, pero también puede que se rajen, y que pacten en secreto: no disparéis más y no os detendremos. Con este Gobierno, todo es posible.

Los periódicos, dije, han titulado a la une sobre ETA, pero Le Figaro, que también lo hace, dedica este viernes su principal titular a “La nueva inquietud de los judíos de Francia”, y consagra dos páginas y pico a encuestas y declaraciones de asociaciones civiles y religiosas hebreas, francesas, denunciando el considerable aumento de agresiones contra sinagogas, escuelas, comercios y simples peatones, sobre todo por parte de la emigración magrebí, mientras que las autoridades no sólo no hacen nada, sino que lo silencian al máximo. Dichas asociaciones critican así mismo la parcialidad de los medios informativos, que sistemáticamente dan la razón a los palestinos y tan sistemáticamente condenan siempre a Israel. Esto es muy cierto, pero no ocurre sólo en Francia, pero, tranquilos, todo está bajo control: Daniel Vaillant, ministro de Interior, ha prometido a sus policías un chaleco antibalas y un pirulí por Navidades.

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