Menú

Zapatero entrega el PSOE a PRISA

La renuncia de Redondo Terreros a presentarse como candidato a la Secretaría General del PSOE es humanamente comprensible y políticamente explicable, aunque desde el punto de vista del ciudadano español sólo pueda provocar consternación. Redondo dice, y sin duda es sincero al hacerlo, que se niega a someter a su partido a una situación de tensión insoportable bajo la feroz y permanente campaña de hostigamiento que padece por parte del Grupo PRISA. En el uso de su libertad y de su responsabilidad obra como cree que debe hacerlo y ante eso sólo cabe seguir manifestando la admiración y el respeto que nos merece. Mucho más en estos momentos, cuando todas las decisiones son discutibles, como casi siempre en política, y cualquier toma de postura se presta a interpretaciones y recriminaciones desde cualquier punto de vista. Pero mientras mantenga sus principios éticos y políticos, no sólo la mayoría del PSOE sino la inmensa mayoría de los españoles están con Redondo Terreros, con lo que es y con lo que, más que nunca, significa en la vida nacional. Aunque su calvario no sea precisamente motivo de esperanza en la lucha por la libertad, contra el terrorismo y el separatismo, sino todo lo contrario.

Pero siendo irrevocablemente malo, verdaderamente nefasto, lo peor no es que Cebrián y Polanco impongan a golpe de campaña difamatoria en el PSE-PSOE la ruptura del frente constitucional con el PP y la rendición ante el PNV, como preconiza González. Lo gravísimo es que esa campaña se realice a medias con la dirección nacional del PSOE y que antes de obligar a abandonar su cargo a Redondo Terreros los ataques de PRISA hayan hecho cambiar radicalmente a Zapatero su discurso político y su estrategia electoral como aspirante a la Moncloa. Que Cebrián quiera ser vicelendakari por procuración es una ambición deleznable pero comprensible en el personaje y su entorno. Que Zapatero no sea capaz de defender al hombre clave de su política nacional frente a la pinza –esta sí real, y diabólica– de González y Cebrián demuestra que estamos ante un líder de rebajas, cuyo destino es ser amortizado en el mismo lote que Redondo, pero sin grandeza, sin honor y sin posibilidades de resurrección. El todavía Secretario General del PSOE ha entregado su partido a PRISA de la forma más miserable, cobarde e ignominiosa. El resultado es que Cebrián y González mandan en el PSOE... y que Zapatero ya no pinta nada en él. Se enterará por la prensa de su destitución formal, pero a efectos políticos ya es un político difunto. Redondo ha dimitido definitivamente. Zapatero, también definitivamente, se ha suicidado.

© www.libertaddigital.com 2002
Todos los derechos reservados

Titulares de Libertad Digital
Suscríbase ahora para recibir nuestros titulares cómodamente cada mañana en su correo electrónico. Le contamos lo que necesita saber para estar al día.

  
!-->

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal