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Juan Manuel Rodríguez

Brazos de oro en San Francisco 49ers

Los Rams no le ahorraron golpes y amenazas a Tom Brady, el sorprendente quaterback de los Patriots que, al final, salió indemne de la batalla de la Super Bowl. Aquel novato que mantuvo a duras penas su puesto como titular en la Universidad de Michigan, y que después fue elegido en la sexta vuelta del draft del año 1999, se ha convertido esta pasada madrugada en el quaterback más jóven (24 años) en ganar la final. Su olfato en la última jugada, acercando al kicker Adam Vinatieri para que consiguiera un gol de campo que resultó definitivo, y el touchdown para David Patten que supuso el 14-3 poco antes de finalizar la primera parte, le facilitaron su elección como MVP (jugador más valioso) de la gran final de la Liga Nacional de Fútbol Americano.

La importancia del quaterback en este juego es esencial. Sería como el reggista o medio centro ofensivo en el fútbol, o el base en el baloncesto. Por sus manos y por su cabeza pasa todo el juego ofensivo del equipo. El quaterback debe tratar de conseguir que sus compañeros avancen el mayor número de yardas en las mejores condiciones posibles. Brady, por continuar con el mismo ejemplo, tenía "mando en plaza" para elegir las jugadas, siempre bajo la atenta mirada de Bill Belichick. Y hay que reconocer que a los "patriotas" les salió todo a pedir de boca.

El valor de ese puesto en el complicado puzzle del fútbol americano lo calibra mejor que nada el siguiente dato estadístico: de las treinta y seis ediciones de la Super Bowl, en 18 un quaterback acabó siendo desginado como MVP del partido. Desde Bart Starr —el mejor en los años 1967 y 1968 con Green Bay— hasta Terry Bradshaw (Pittsburgh), Len Dawson (Kansas City) o el más reciente Kurt Warner (St. Louis), todos han dirigido las operaciones desde el terreno de juego. Y desde 1980 no habrá habido ni uno sólo de ellos que no haya querido emular a Joe Montana, el mito de San Francisco 49ers.

A lo largo de sus 14 temporadas como profesional, Montana completó 3.409 de los 5.391 pases que intentó, obteniendo así un total de 40.551 yardas. Al único equipo que no venció como titular fue a Miami, pero en la XXIX Super Bowl, con Steve Young como quaterback titular, se "vengó" de los "delfines". Joe reapareció dramáticamente en 1992 después de estar ausente 31 partidos seguidos debido a una lesión en el brazo, y dos años después se convertiría en el quinto quaterback de la historia en superar las 40.000 yardas. Brady (145 yardas hasta la fecha), como el resto, querrá parecerse a aquel brazo de oro que pasó como los auténticos ángeles en aquel equipo de San Francisco.

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