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Luis Pazos

Monterrey: cómo reducir la pobreza

Sería conveniente que los políticos y empresarios reunidos en Monterrey hablaran claramente sobre los verdaderos requisitos para el financiamiento del desarrollo. En mi opinión, hay necesariamente que tomar en cuenta los siguientes puntos fundamentales:

1. El ahorro y la inversión, bases para el crecimiento y desarrollo, no han sido suficientes en Iberoamérica, debido en gran parte a la falta de un marco legal que permita un financiamiento sano, permanente y creciente. Nuestros mercados de capitales siguen subdesarrollados.

2. No debemos concentrar demasiadas esperanzas en las vías externas de financiamiento y descuidar la generación del ahorro e inversión interna.

3. Debemos superar la etapa de culpar de todos nuestros males a organismos internacionales y a los países desarrollados, lo que nos impide una mejor relación con ellos y, lo más grave, relega a un segundo término el análisis de los obstáculos internos al financiamiento del desarrollo.

4. Muchos de los programas de financiamiento de los organismos internacionales han sido mal utilizados y no han cumplido con sus objetivos, aumentando las deudas, sin que como contrapartida se logre un desarrollo que eleve los niveles de vida.

5. La crisis de la República de Argentina nos enseña que el financiamiento externo no debe ser una fuente permanente de recursos para cubrir los déficit gubernamentales. Todo crecimiento económico que no parta de un equilibrio presupuestal, tarde o temprano se traducirá en inflación o en un endeudamiento que generará desajustes sociales mayores a los efímeros avances alcanzados a través del déficit.

6. En un mundo globalizado, los altos costos de las leyes, los reglamentos y la burocracia reducen las fuentes de financiamiento del desarrollo.

7. En ausencia de seguridad jurídica y de derechos de propiedad claros y garantizados, es difícil promover el ahorro, la inversión y utilizar productivamente los financiamientos del extranjero.

8. La principal vía del crecimiento debe ser el ahorro interno y complementariamente la inversión extranjera directa, evitando, por su volatilidad, el uso de créditos extranjeros para financiar los gastos públicos.

9. La falta de supervisión externa e interna de los financiamientos del extranjero ha inducido a su dilapidación o su utilización en subsidios que no reducen la pobreza ni crean infraestructura, sólo benefician a grupos de medianos o altos ingresos, organizados políticamente.

10. La globalización implica una apertura de los países desarrollados, los que en muchas ocasiones aplican políticas más proteccionistas que los subdesarrollados.

11. Los países de la Comunidad Europea y los Estados Unidos deben disminuir los subsidios agrícolas, los cuales dificultan, distorsionan y encarecen la producción de bienes y servicios básicos en los países subdesarrollados.

12. Son necesarios los programas para lograr la titulación de los patrimonios de millones de pobres, que no pueden entrar a los mercados financieros por falta de derechos claros sobre sus tierras o pequeñas empresas.

13. Es necesario elevar a nivel constitucional la obligatoriedad de mantener un equilibrio presupuestal en las finanzas públicas.

14. Sin leyes que garanticen el ahorro, la inversión, la propiedad y la competencia, no puede dar resultados positivos ningún plan de financiamiento del desarrollo.

© AIPE
Luis Pazos es presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados de México.

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