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Juan Manuel Rodríguez

Gil en Mato Grosso

Ayer me comentaba un amigo lo siguiente: "¿No has visto a Gil?... Estaba encantado de la vida, saludando a los guardias civiles a la salida de la cárcel, hablando de humanismo... ¡Si hasta parece que le haya sentado bien!". Que conste en acta que yo no lo creo. No he pasado toco madera por el trance de tener que ingresar en prisión, pero la experiencia debe resultar traumática. Sin embargo, tengo que reconocer que la primera impresión que tuve al verle fue que, más que haber estado incomunicado en una celda de Alcalá Meco, Gil salía de uno de esos cruceros que organizan los ricos por el mar Mediterráneo. En una semana, Gil tuvo tiempo más que suficiente para hacer amigos entre la población reclusa, y seguro que habrá convencido a más de uno para que se haga atlético. Lo mismo le pasó a Mario Conde, convertido en profesor de Economía.

Por lo demás, y tras la comparecencia del presidente rojiblanco, nada nuevo bajo el sol. Gil ha reconocido que mañana dimitirá como alcalde de Marbella estaba obligado a ello por sentencia judicial, aunque tratara en vano de obviar dicha resolución; se ha mostrado muy duro con el Gobierno y, eso sí, ha introducido la novedad bucólica-vacacional de afirmar que cuando todo se solucione se marchará a vivir a Brasil durante algunos años. No resultaría extraño que o terror do futbol español acabara por aquellos lares, luciendo guayabera y sombrero de ala ancha.

Pero a Jesús Gil le queda aún otro problema por solucionar: el club Atlético de Madrid. Si es cierto que el amor a esos colores va indisolublemente unido a los genes, ellos tendrán que advertirle a Jesús que su tiempo en el fútbol concluyó. Si es verdad que ha recibido ofertas multimillonarias por hacerse con el equipo, el gen tendrá que aconsejarle que venda y que se olvide. Y, entonces sí, podrá irse definitivamente a descansar a Pernambuco, Paraná o Mato Grosso. Entonces sí podrá marcharse con la sensación de dejarlo todo resuelto. Mientras tanto, no.

El tiempo y la justicia dictaminarán si Gil es inocente o culpable, lo que resulta independiente para que tome una solución urgente con respecto al Atlético de Madrid. Algo me hace ser pesimista: al salir ya ha comentado que están interesados en fichar al piojo López para la próxima temporada. No debería haber próxima para él, por su propio bien y por el bien del club colchonero.

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