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Enrique de Diego

El chapapote del Bloque

La serie de irresponsabilidades cometidas en torno al "Prestige", no sólo las del Gobierno, están siendo aprovechadas por el Bloque Nacionalista Galego para intentar salir de su crisis. Un dato que debería preocupar a los socialistas, pues la existencia de nacionalismos de izquierdas, introducen un elemento de competición en el mismo segmento de electorado, que le resta posibilidades. La mejor noticia para Ferraz en las elecciones gallegas fue, precisamente, el inicio del declive de los muchachos de Beiras, cuyo futuro se presentaba más sombrío al amortizarse la carrera política de su líder.

Los nacionalistas gallegos han encontrado en el chapapote una especie de maná, con el que, además, intentan financiarse, a través de esa esotérica plataforma de Nunca mais, que es el conjunto de partidos del Bloque con otro nombre. El error gubernamental en la presencia inmediata –ahora ministros asisten a los funerales de las víctimas del accidente ferroviario–, más el despliegue de demagogia exhibido por el equipo Zapatero, corren el riesgo de hundir a Galicia en un mar de subvenciones. Un mal que puede acabar con el dinamismo económico de esa autonomía, para reproducir los modelos vergonzosos y vergonzantes de Andalucía y Extremadura, de compraventa de votos a cambio de no hacer nada.

Además, la manifiesta solidaridad española con una de sus regiones está siendo pervertida por los nacionalistas radicales, para tomar las riendas del Bloque, en perjuicio de los moderados, está siendo pervertida por el curioso intento de presentar a la región como la víctima de una conspiración centralista. Una cuestión que debería hacer reflexionar tanto al PP como al PSOE.

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