Complicidades
Me fascinan las palabras con dos significados opuestos. Una de esas voces de Jano es “cómplice”. Hablaba yo el otro día con Luis Alberto de Cuenca sobre esa curiosidad léxica. Ya se sabe, los poetas no quieren hablar con frases, sino con palabras. Gran lección. En latín “complex-icis” significa compañero de un crimen. Con ese único sentido forense la voz “cómplice” pasó al Diccionario de Autoridades. Con el tiempo, se fue introduciendo un uso fraudulento, el que entendía la complicidad como la buena inteligencia, incluso amorosa, o por lo menos de campechana camaradería. Y así estamos. Ser cómplice es, pues, una execrable acción o bien la contraria, un acto amistoso de bonísima voluntad. Quédense ustedes con lo que quieran. Por mi parte, yo me planto en el Diccionario de Autoridades, del cual proceden todos los demás.
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